Una jovencita de 16 años fue secuestrada ayer en las inmediaciones del Hospital Pasteur, estuvo cautiva durante más de siete horas y logró escapar en una estación de servicio de la localidad de Pozo del Molle.
El conmovedor episodio tuvo como protagonista a Sofía Candia, alumna del ex Colegio Nacional y domiciliada en barrio San Martín de esta ciudad, quien vivió horas de zozobra por partida doble: primero porque le dijeron que su madre se había accidentado y estaba muy grave, y luego porque sus captores la trasladaron en un automóvil por diferentes caminos de la región, sin saber cuál iba a ser su suerte.

Habla la mamá

Así lo confirmó a EL DIARIO la madre de la menor, Norma Boretti, quien relató detalles del episodio en base al testimonio brindado por su hija, primero ante la Policía mollense y luego en el Juzgado Federal de Villa María, donde anoche -pasadas las 22- todavía se encontraba declarando, bajo asistencia psicológica.
Aún preocupada por lo sucedido, Boretti precisó que estaba dispuesta a hablar del asunto “porque -aseguró- no quiero que le pase lo mismo a otras chicas”.
“Si reciben un llamado anónimo, no le lleven el apunte, no se dejen engañar”, indicó la mujer, quien se gana la vida trabajando como canillita.

Todo empezó...

La advertencia de Norma hace referencia a un llamado telefónico que Sofía recibió alrededor de las 10 y media de la mañana, cuando todavía se encontraba en clases en el IPEM 275, donde cursa el cuarto año del secundario.
Durante un recreo, la adolescente prendió su celular y momentos después receptó una comunicación privada (es decir, sin que se identificara el número de quien llamaba), a través de la cual un hombre le informaba que su madre había sufrido un accidente.

Un vil engaño

Para darle veracidad a sus dichos y engañar a la jovencita, el sujeto dijo que sabía que la mamá de Sofía era canillita y que se encontraba internada en el Hospital Pasteur, en grave estado, a raíz de un accidente de tránsito.
La mala noticia estremeció a la menor, quien desesperadamente salió del colegio, se subió a un remise y se dirigió al nosocomio de calle Mendoza. Al llegar, le pidió al chofer que la esperara porque no tenía dinero, y como no encontró a su padre ni a ningún familiar, le dijo que iba a buscar plata a lo de una tía que vive en las inmediaciones.
“Cuando Sofía dobló por calle Pasteur, apareció una mujer que la tomó del brazo y la subió a un auto rojo con vidrios polarizados”, relató Boretti a este matutino, para luego indicar que el vehículo era un Fiat, aunque dijo que su hija no pudo determinar si era un Duda o un Uno.

La mujer, sola

Siempre de acuerdo con el relato de Norma, Sofía le contó que la mujer estaba sola y que la obligó a quedarse agachada en el suelo del rodado, con la cabeza sobre el asiento.
La adolescente describió a la secuestradora como una persona de entre 50 y 55 años, morocha, a la que le faltaban varios dientes y muy desaliñada en relación a su cabello y vestimenta.
Boretti contó que su hija estuvo bajo el dominio de la mujer varias horas y que mientras manejaba, hablaba permanentemente por teléfono con otra persona.

Pidió ir al baño

Alrededor de las 4 de la tarde, cuando llegaron a una estación de servicio, Sofía le pidió que la dejara ir al baño porque se hallaba indispuesta.
Norma añadió que cuando su hija se encontraba dentro del sanitario, vio que la mujer conversaba con dos desconocidos que estaban en una camioneta Toyota Hilux de color claro, que Sofía reconoció de inmediato por tener una calcomanía del conocido personaje de dibujos animados “Tweety” en la parte trasera. Ocurre que el pasado lunes, alrededor de las 18, ese mismo vehículo la siguió varias cuadras y en las proximidades de la Catedral uno de sus ocupantes le sacó fotografías.

Descuido y fuga

En un descuido de sus captores, la menor salió del baño y escapó corriendo tal como se encontraba: vistiendo sólo un buzo y en bombachas, ya que poco antes la habían obligado a quitarse la campera, el pantalón y las zapatillas.
Sin embargo, Sofía logró guardar en una de las mangas el teléfono celular, que había mantenido apagado durante buena parte del secuestro. Cuando estuvo sola lo encendió y logró comunicarse con un amigo.
Como desconocía dónde se encontraba, comenzó a dar algunos detalles del lugar, hasta que un cartel anunciaba la presencia de la banda cuartetera Tru La La en la localidad de Alicia.
En principio se pensó que Sofía se encontraba por aquella zona, pero luego se estableció que estaba en Pozo del Molle, hasta que finalmente fue localizada por la Policía de esa población.
La jovencita es la segunda de tres hermanas adolescente, hijas de Norma y del ex árbitro de la Liga Villamariense de Fútbol y actual instructor nacional, Jorge Candia.