Walter Choquehuanca Soto es un licenciado en cooperativismo nacido y residente en Perú. Tiene los mismos rasgos incaicos de sus hermanos andinos. Tiene la piel curtida por los rayos divinos del sol, pero reseca por el frío de las cumbres nevadas. Tiene la mirada misteriosa que escudriña la montaña y también tiene el deseo de un mundo mejor para su gente postergada.
En esta página que cierra el Suplemento del Cooperativismo traemos dos pensamientos suyos, tan solidarios como profundos, tan cercanos a la libertad como encadenados a la convicción de que ese mundo mejor es posible.
Choquehuanca Soto afirma que "el cooperativismo es hoy un puente que permite cruzar el mercado. Solos, no hacemos nada, pero si cruzamos juntos estaremos preparados para ser más eficaces, lograremos reducir la pobreza y la exclusión social de miles de personas, a fin de alcanzar la libertad económica con educación y respeto por los derechos humanos".
Pero dice más. No tiene dudas de que no son suficientes las palabras, sino que es necesario "hacer", construir la unidad y marchar juntos rumbo al ansiado mundo que nos debemos.
En ese sentido, da cuenta de que "el cooperativismo no se construye sólo con ideas y sueños de solidaridad. Es necesario llevarlas a la práctica en un mundo real como el que nos toca vivir y donde todos somos actores principales".

Primer sábado de julio

El Día Internacional del Cooperativismo fue establecido por la Alianza Cooperativista Internacional (ACI), entre los años 1920 y 1922, y se celebra el primer sábado de julio de cada año.