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El abogado sonríe al advertir que Marchetti no se percató que quedaba en libertad |
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Desconcertado, como sorprendido, David Angel Marchetti tardó varios minutos en darse cuenta que la Justicia había dictado su absolución y que quedaba en libertad después de casi 11 meses “a la sombra”.
Visiblemente confundido y casi sin comprender lo que estaba sucediendo, este joven villamariense de 26 años de edad, acusado de haber violado a una adolescente de 16 que presuntamente se hallaba alcoholizada, se percató de lo que resolvió el juez René Gandarillas después de preguntarle a su abogado qué había pasado.
“¡Te absolvieron... estás en libertad!”, exclamó el doctor Eduardo Luis Rodríguez con una sonrisa dibujada en el rostro, y recién ahí el fornido muchacho tomó conciencia de que no seguiría en la cárcel, que todo -por fin- había terminado.
Con las palabras contenidas, pero con los ojos llenos de lágrimas, Marchetti reaccionó emocionado y se abrazó a su defensor y a su concubina. Y el agradecimiento a la labor del letrado no tardó en llegar.
En suspenso
Después llegaron las explicaciones de la sentencia, que incluyó una condena de tres años de prisión de ejecución condicional (es decir, en suspenso) que le impuso el magistrado a Marchetti por la otra causa que tenía en su contra y que también se ventiló en este juicio.
La confesión del joven en relación a un par de incidentes mantenidos con algunos vecinos de Villa Nueva, los días 1 y 4 de mayo de 2005, sumada a la prueba obrante en el expediente, llevaron al vocal de Cámara a declararlo culpable de los delitos de “lesiones leves”, “amenazas reiteradas” (dos hechos), “coacción” y “daño”, de los que resultaron víctimas Ramona Torres de García, Carlos Cáceres y Juan Carlos Fernández.
Por entonces, Marchetti se domiciliaba en Jujuy 65, en la vecina ciudad, y fue en ese lugar donde tuvo inconvenientes con los citados vecinos por cuestiones de convivencia que terminaron en una causa penal.
Entre rejas
Sin embargo, aquel proceso judicial estuvo a punto de terminar en una “probation”, o suspensión del juicio a prueba... pero una nueva imputación (el “abuso sexual con acceso carnal” que le atribuyó el fiscal de Instrucción) no sólo dejó sin efecto aquel proceso, sino que lo privó de la libertad el 24 de setiembre de 2007, casi un año después de la presunta violación perpetrada en el Club Teléfonos.
Al dar lectura a la parte resolutiva de la sentencia, la secretaria Gabriela Sanz no hizo referencia a si el veredicto absolutorio dictado por el juez Gandarillas fue porque consideró que Marchetti no cometió el delito en cuestión o si, como se presume, lo hizo aplicando el “beneficio de la duda”.
Para conocer ese detalle procesal habrá que esperar hasta el lunes 8 de setiembre, al mediodía, oportunidad en la que el camarista difundirá los fundamentos del veredicto.
Audiencia final
La séptima y última audiencia, inicialmente programada para las 13 de ayer, comenzó al mediodía y concluyó mucho antes de lo esperado.
En efecto, a las 12 se reanudó el debate y de inmediato el juez Gandarillas rechazó un pedido de nulidad (referido a una pericia psicológica realizada a la adolescente) que había formulado el defensor durante la jornada del jueves, en ocasión de pronunciarse los alegatos.
Seguidamente, el magistrado le concedió a Marchetti lo que se conoce como “última palabra”, y tras preguntarle si quería decir algo antes de que pasara a deliberar para dictar sentencia, el joven respondió: “No, ¡para qué!”
Tras un cuarto intermedio que no demandó más de 20 minutos se conoció el veredicto que le permitió a Marchetti recuperar la libertad luego de 326 días de detención.
Noche de sexo
Tal como lo informó EL DIARIO en los últimos días, el hecho más grave que se le atribuía a Marchetti se produjo en horas de la madrugada del 30 de setiembre de 2006, en el predio del Club Teléfonos de Villa Nueva, donde alumnos del IPEM 275 llevaron a cabo una fiesta.
Desde el comienzo mismo del proceso, Marchetti admitió haber mantenido relaciones sexuales con la adolescente, pero siempre sostuvo que fue de común acuerdo y que la chica “estaba alegre, pero no borracha”.
Sin embargo, el fiscal que instruyó la causa lo acusó de haber abusado de la menor aprovechando su avanzado estado de ebriedad y ordenó su detención, que se concretó casi un año después del hecho.
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