En el fútbol siempre se inventa alguna palabra, buscar algo que llame la atención o para demostrar actualización, y así la gilada dice “cómo sabe este tipo”.
Y eso confunde a los copiadores (o falta de ingenio), y esto no es de ahora porque en el año 1925, cuando se cambia la ley del fuera de juego, comienzan todos los cambios de sistemas. Si nos fijamos, se marcaba con tres en defensa, cuatro o cinco en el medio y arriba dos o tres, con infinidad de movimientos... Y ahora cambiamos con palabras cosas ya realizadas.
Por eso tomemos el trabajo y fijémonos en el diccionario qué quiere decir la palabra carrilero y nos vamos a dar cuenta que hay varios carriles.
Eso causó que colocaran jugadores en los costados sin tener condiciones para ello, pues existen carril lateral, carril interior derecho, carril central, carril interior izquierdo y carril lateral izquierdo.
Todo distinto a lo que podamos elegir para lo que nos indican que debe ser laterales izquierdo o derecho, veloces, hábiles, etc.
Entonces se priorizó que tenga ida y vuelta, que corra, y si tienen buen pie no importa, queda postergado a lo que corra, y nos olvidamos que juntando a los que saben más y no corran tanto, se juega mejor en equipo.
Rinus Michel, el técnico de la naranja mecánica de Holanda, dijo que para tener éxito en todo sistema, y principalmente en ese, con pressing, se necesitaban cuatro o cinco jugadores inteligentes.
Si ponemos esos carrileros, que están a 60 metros entre ellos, ¿cuándo se juntarán para armar juego?. Siempre están por los laterales, si algún volante central se desplaza a cubrir las espaldas del compañero, la franja a sus espaldas la cubre un rival y, por el medio se llega más rápido al área... Lindo negocio hacemos.
Porque si los volantes defensivos no hacen relevos ni coberturas entre ellos, regalan todas sus espaldas para que un delantero nos sorprenda y el enganche rival se transforme en un dolor de cabeza para nuestro equipo.
Aunque, ahora se habla de que no hay enganche, y es lógico, si esto se lo está anulando desde hace dos generaciones en el fútbol infantil, debido a que se elige al que corra por sobre el que juegue.
Este juega bien pero es gordito; el otro juega bien pero es lento y con este otro no pasa nada, pero el padre colabora y pone alguna moneda para el entrenador... Y así tenemos corredores y pocos jugadores. Por supuesto que hay excepciones, no son muchos, pero hay gente capaz.
El enganche debe buscar el balón y ser buscado sin egoísmo, porque éste brinda la inteligencia para distribuir lo que el compañero aportó con sacrificio para su recuperación. No olvidemos del juego en equipo y de lo que es una orquesta.
Y esto cambiará el día en que los mercaderes del fútbol infanto juvenil tomen las cosas con pasión y los dirigentes dejen de regalar sueldos, de que muchos aventureros lo utilicen como salida laboral perjudicando la ilusión de muchos pibes.
En cualquier actividad de la vida busquemos conservar lo mejor pero tenemos la obligación de agregarle cosas para mejorarlos. No olvidemos lo que pusimos en una de las primeras notas, sobre lo que dijo Johan Cruyff: “En el fútbol faltan enseñadores”.
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