Escribe: Horacio J. Marco (*)
Fueron muchas horas compartidas, charlas de café, reuniones sociales, días en el gimnasio, peleas por títulos locales, provinciales, nacionales e internacionales.
Ya no está en esta vida terrena. Alcides Rivera “el maestro” para todos, se fue al cielo, pero desde el más allá, seguirá brindando sus consejos, como padre de familia, como ser humano, como técnico de boxeo, como un referente de estos tiempos modernos, porque lejos del aspecto económico, siempre se desempeñó sin soberbia, su perfil bajo lo mantuvo siempre como el mejor y esto no cambiará.
La diabetes lo puso nocaut, le asestó el golpe final, pero lejos del conteo de protección, siempre estará al lado de un ring, cerca de un gimnasio, en el alma de todos los boxeadores de Villa María, porque su enseñanza y ejemplo, perdurarán en el tiempo.
Gracias “maestro”, por todo lo que nos diste.
(*) Periodista, especializado en boxeo
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