Señor director:
Me dirijo a usted, para que a través de su prestigioso matutino puedan hacer llegar mis sinceras condolencias a la familia de Alcides Rivera, de parte de este humilde aficionado al periodismo deportivo, vecino de Arroyo Algodón.
A mediados de los ‘90 yo cubría desde la FM local 96.5 General San Martín cuanto acontecimiento deportivo existía en la región. Así tuve el honor de seguir de cerca las campañas de encumbrados pugilistas que bajo las órdenes del maestro llenaban los salones. En esas ocasiones, ese señor que fue Alcides Rivera me permitía, casi sin conocerme, presenciar los entrenamientos de Braca, de Raúl Cena, de Pablo Sarmiento y de Rocky Jiménez.
Recuerdo especialmente una noche, la de aquel festival en el Salón de los Deportes, con la presencia de Gustavo, de Falucho, del Gringo Merani y de ese otro grande de este deporte que se nos acaba de ir, don César Brion, con quien nos sentamos a presenciar el espectáculo junto a mi padre y a un amigo, el Negro Herrera...
Cómo no enviar esta carta para los familiartes de Alcides, si fue a mi juicio el padre del boxeo en Villa María y la región, llevando a cuanto púgil pudiera al contexto nacional e internacional.
Paseó su estilo depurado y fino, admirado y respetado por todo el pugilismo argentino. Fue un gallardo defensor del boxeo exquisito...
Vaya entonces para usted, señor de los cuadriláteros, una plegaria de este ignoto aficionado. Y descanse tranquilo, maestro, que en cada pupilo, en cada espectador, en cada rincón estará la imágen de su emblemática figura dando un consejo, entregando una foto...
Adiós... Hasta pronto, maestro.
Sergio O. Batalla
DNI 116640208
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