Reflexiones después de una muerte
Señor director:
Llego a usted con la intención de generar un poco de conciencia en nosotros, los ciudadanos villamarienses, principalmente porque nos conozco, y en los lectores de la zona que cuentan con la información de EL DIARIO.
Si puedo ayudar a pensar mejor, al menos a una persona, esta carta tomará sentido.
Lamentablemente he leído la penosa noticia del accidente ocurrido el martes a la tarde-noche en la ruta 2 a la altura de Villa Nueva, donde un camión cerealero se llevó la vida de un muchacho de apenas 20 años entre sus ruedas. Reconozco que sentí gran impotencia al saber que la edad del conductor del camión es de 72 años; impotencia que me llevó a preguntarme: ¿en qué estaban pensando el conductor del camión, el patrón responsable de permitir que ese señor todavía condujera una máquina así, y el responsable de otorgarle la licencia de conducir?
No busco agredir a ninguna persona, mucho menos a este hombre mayor que debe estar atravesando algún tipo de congoja que nadie le podrá quitar, pero sí lo tomo como un ejemplo no imitable a él, y a las otras dos o más personas intelectualmente responsables del accidente.
Sé que, al momento de escribir estas líneas, las pericias no han determinado aún las causas de esta tragedia, pero apunto al problema de fondo que salta a la vista remplazando el análisis técnico policial por el análisis ético personal.
¿Qué se mide a la hora de poner un hombre de 72 años al volante de un vehículo? ¿Su experiencia en ruta? ¿Su derecho a trabajar? ¿Su parentezco con el dueño del camión?
Cada vez que sucede algo así, mostramos cuán desprofesionalizado está el control vehicular y sus accionarios, empezando por nosotros mismos, al manejar nuestra moto o nuestro auto.
Cada vez que circulo en mi auto por la ciudad puedo ver nuestro carácter ignorante, violento y desinteresado que llevamos, porque queremos. Basta observar a las nuevas sendas peatonales pisadas por los vehículos durante el tiempo que un semáforo prohibe el paso con su luz roja, ver motos que circulan a 50km/h o escuchar los bocinazos impacientes de quien viene detrás y no quiere que yo ceda el paso a un peatón cuando giro en la esquina.
Lamentablemente, hemos gestado la cultura del desorden, basados en la ignorancia, la violencia y el desinterés, como dije.
¿Saben los conductores de motocicletas que la superficie de contacto de sus ruedas con el suelo es apenas de 16 centímetros cuadrados?
Pregunto, porque quizás alguien no sepa que a causa de esto y a partir de los 30 kilómetros por hora ninguna motocicleta de uso ciudadano puede ser detenida sin perder la estabilidad y terminar en el suelo.
¿Saben los conductores de automóviles que cada una de sus ruedas pisa el suelo en el tamaño equivalente a un billete?
Pregunto, porque quizás alguien no sepa que circulando con un auto de menos de 90.000 pesos a 50 kilómetros por hora por nuestras calles de tierra necesitará 60 metros para detenerlo completamente ante una situación de riesgo.
Sé que alguien nos ha confundido haciéndonos creer que la responsabilidad social, en todas sus formas, es parte del Gobierno, pero lo cierto es que la responsabilidad social comienza también en nuestra casa, antes de subirnos al vehículo y darle marcha.
Finalmente, opino que sería formidable que busquemos la solución al mal tránsito y sus accidentes primero en el inventario de nuestras actitudes, y luego en las autoridades, personas éstas que podrán meterse en nuestra billetera pero nunca en nuestra manera de pensar.
Agradezco el espacio y lo saludo muy atentamente.
Pablo J. Teixeira - DNI 28987367
La familia delgran Alcides agradece
Señor director:
Queremos hacer llegar nuestro especial agradecimiento a los medios de comunicación locales por el espacio de reconocimiento brindado, como así también a todos aquellos allegados y amigos, por las palabras y el afecto recibido, que nos reconfortan en este momento difícil.
En recuerdo de su trayectoria profesional y la valoración de sus aspectos personales son los mismos que hemos vivido y compartido en familia.
Estamos tristes pero tranquilos por su descanso. Las imágenes y las palabras escritas por los medios formarán parte de nuestro recuerdo.
Muchas gracias.
Familia Rivera
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