Escribe: Diego Pellegrini (h)

Alumni volvió a ser de primera, gracias al esfuerzo de todo un grupo de jóvenes comandados por Amadeo Perossi. Y merecido lo tienen los Albirojos, que luego de sufrir la derrota en la final por el ascenso, se repusieron y con total autoridad triunfaron en la Promoción.
Ayer mostró nuevamente la superioridad ante Central Argentino, al derrotarlo por 1 a 0, en condición de visitante.
La alegría y felicidad de todos los fanáticos del Fortín villamariense inundó el barrio Mariano Moreno.
Por contrapartida, la tristeza del Expreso Rojo no pudo ocultarse en sus protagonistas, que dejaron todo y pelearon hasta la última pelota.
Claro que, a la hora de analizar las cuestiones futbolísticas, Alumni fue más.
A pesar que los de Perossi venían de una categoría inferior, nunca se vio en la cancha tal diferencia.
Justamente ayer, el visitante fue quien dispuso de las mejores situaciones y se quedó con una justa victoria.
Dentro de un marco absolutamente modificado por la presencia de viento y tierra, el cotejo rayó con la mediocridad, exceptuando “ráfagas” de buen fútbol por parte de la visita.
En el primer tiempo poco mostraron los protagonistas.
Alumni pareció estar siempre más cerca del arco rival que Central Argentino. Y así lo marcan las situaciones de peligro. Hubo sólo dos y fueron a favor de la visita: un centro envenenado de Matías Barbuio que salió despejado por Cristian Gorozo, y un disparo de Diego Vicario, que se fue pegado al palo derecho de Fabricio Garetto.
Una clara muestra de que Alumni era más se reflejaba en la tranquilidad del portero Luciani, que casi no tenía trabajo.
En esta primera etapa, Lucas Damiani se asociaba con Vicario y trabajaban con criterio la pelota para que Martín Delfino y compañía no la agarren.
Estaba claro que ante la problemática del clima, jugar era casi imposible, entonces Perossi pedía un equipo corto para quitarle espacios a Central Argentino, teniendo en cuenta que los que necesitaban goles eran los locales.
La imagen de Alumni mejoró en el complemento. Las chances de peligro frente a Garetto aparecieron y el juego por momentos fue fluido, más aun tras el gol.
Los dirigidos por Marcelo Sachetto intentaron adelantar sus líneas y buscar el partido más arriba, pero no consiguieron su cometido. Su rival seguía siendo ordenado a la hora de defender, con Rafael Echavarría como bandera, y encontraba grietas cada vez que atacaba.
Entonces, Barbuio tuvo la primera del segundo tiempo, pero el portero tapó. A los 13´ fue Federico Depetris quien mano a mano definió afuera y a los 19´ Vicario dejó solo a Morcillo, pero el volante tiró desviado.
Finalmente llegaría la apertura del marcador. Fue a los 27´ cuando tras un desborde del “Fede” Depetris, apareció como centrodelantero Barbuio para empujarla al gol.
El 1 a 0 estaba bien. Alumni era más y lo reflejaba en el marcador. Sacaba diferencia de tres en el tanteador general y casi se aseguraba el ascenso, a falta de poco más de quince minutos.
El último tramo del juego mostró al local intentando con hidalguía y mucho amor propio, sabiendo que estaba todo perdido.
La visita fue quien manejó la pelota, potenciando su presentación con el marcador en ventaja. De esta manera, el Albirojo hizo correr los últimos minutos del cotejo al ritmo que imponían sus pibes, mientras sus hinchas empezaban a saborear el gustito de la victoria. Una victoria que festejó al ritmo del ¡vamos, vamos los pibes!

El árbitro
Mauro Daniele tuvo una correcta actuación en un partido muy friccionado. Fueron acertadas las amonestaciones y siempre se manejó con criterio, llevando el trámite del juego por carriles normales.

La figura
Diego Vicario se destacó por el gran despliegue que mostró en los noventa minutos. El volante apareció por toda la cancha, aportando pressing y juego. Rafael Echavarría despejó absolutamente todo en la defensa visitante.