Roberto Milano es un vecino que habita en barrio Palermo. Conocedor y amante del río, no dejó pasar la oportunidad para expresarse ante un hecho a todas luces inadmisible.
A continuación, y de manera textual, reproducimos el escrito elaborado por el frentista.
Ojalá que , tras la lectura de esta vergonzosa denuncia, las autoridades tomen cartas en el asunto y devuelvan a nuestro preciado tesoro natural y su entorno el lugar que se merece.
“Parecen palabras de manual, solamente escuchadas cuando asistimos a alguna charla informativa o cuando los encargados del poder de turno (intendentes, gobernadores, etcétera), las utilizan sólo para engrandecer una disertación.
Pero, ¿cuándo los gobernantes harán cumplir verdaderamente lo demandado? ¿Hasta cuándo tendremos que ser observadores de acontecimientos que nos dejan sin explicación?
¿Dónde están los funcionarios asignados para realizar las tareas que su puesto le demandan?
Los años de la tan ansiada democracia (más de 25 y no son pocos), no han servido para hacer cumplir muchas de las reglas básicas, o al menos obrar humanizando cada acto de potenciales vandalismos.”

Desechos de pavimento

Concretamente, se trata de lo se ve en estas fotos, elegidas al azar entre tantas otras que pueden documentar esta situación, las que exhiben una lamentable postal registrada en las costas de nuestro río Tercero (o Ctalamochita), del lado Villa Nueva, a unos 300 metros río abajo del puente andino.
Los variados montones del viejo pavimento de la ruta 158, se encuentran desparramados, sin tapujos, en las costas mencionadas.
Vaya uno a saber si el lugar en cuestión tiene algún morador que se dejó tentar (si fue así, la suerte se ríe de las normativas), para que los pesados camiones pasen y vuelquen no menos de doce a quince viajes de material inservible y desechos de la vía asfáltica, directamente a las aguas de nuestro río.
Cualquier caminante de las orillas del río lo puede ver desde la costa villamariense, donde todavía quedan algunos caminos apenas transitables.
Cabe agregar que lo más grave es que algún funcionario distraído permite que esto suceda. ¿Nadie controla esta gran obra? ¿Cada uno hace lo que se le antoja?
No sólo se informa que lo tratado no corresponde, sino que todavía hay gente que le conviene buscar la opción más práctica, total, quienes deben honrarnos y cuidarnos, se hacen los distraídos y dejan que pasen estas “pequeñas cosas”.
¿Hasta cuándo debemos publicar estas avergonzantes noticias? ¿Alguna vez este tipo de avisos serán atendidos por los distraídos funcionarios? ¿Alguna vez nos harán saber mediante una publicación similar a ésta que obraron como corresponde, o se seguirán malgastando abultadas cifras de dinero en hojas de propaganda partidaria?
Por ahí, si no lo saben, deberían instruirse y leer las leyes, sólo así no deberíamos demandarle que las hagan cumplir.
¿Cuáles? Muchas ignoradas, pero en este caso, deben recordar que existe ésta, y si no quieren ponerse en el trabajo (eso deberían hacer) de conocer las reglas, deberíamos cuidar simplemente los espacios que nos regala la Naturaleza.

Para tener
en cuenta

A manera de información, les dejo a TODOS los habitantes de este suelo argentino, el texto del artículo 2.369 del Código Civil, que dice: “Los propietarios limítrofes con los ríos o con canales que sirven a la comunicación por agua están obligados a dejar una calle o camino público de 35 metros hasta la orilla del río, o del canal, sin ninguna indemnización.
Los propietarios ribereños no pueden hacer en ese espacio ninguna construcción ni reparar las antiguas que existen, ni deteriorar el terreno en manera alguna”.
Por si lo mencionado fuera poco, también debemos decir que hay varios propietarios de viviendas en las costas del río Tercero, tanto en Villa Nueva como en Villa María, que construyen y habitan espacios ribereños dentro de los límites establecidos por la ley, ¿o no es así? ¿A eso también hay que dejarlo pasar?”.