El director de cine Ridley Scott, es uno de los artistas con más visión prospectiva, si no vale a cuenta la extraordinaria Blade Runner, película de fines de los ‘70, donde planteaba la lluvia ácida y un mundo unipolar manejado por corporaciones.
Pero el tema es "Alien, el octavo pasajero" (de Scott), por su metafórica actualidad con la realidad política local.
Y no es por el número ocho, ni Riveriiito: el oooochoo!!!, "Yo pongo voto sólo por Rodolfo, stop... stop", o "son ocho los monos..." del gran león.
El Alien en cuestión, tarda en aparecer, no se lo visualiza inmediatamente, genera cierta tensión, hasta que cerca de las tres cuartas partes se lo reconoce, especialmente cerca de las elecciones.
Negro azabache, dañino y ladino, deviene de los zorros; viene de afuera para instalarse en la nave madre, come el cerebro, si te toca te quema, se alimenta de los tripulantes, habitantes de la comarca, se agazapa, ataca por la espalda, amaga con la izquierda y desgarra con la derecha.
Aunque parezca independiente, está a las órdenes de Depredador y Predadora, quienes han demostrado más destreza que él, y aunque les teme, los puede traicionar.
Arribista, se trepó del "caño" para caer en una telaraña de la que no puede salir, no va por el "frente", se corta solo, no acepta "consejo" ni "delibera", cree que es "banca" pero con el tiempo va ir de punto, su apellido original tiene la triple A, ¡o!, como la gripe..., ¡¡¡no!!!, qué pandemia... Deambula cerca del ex cine Alambra, adepto a las luminarias y los flashes, le gustan los panqueques, pone huevos en distintas canastas y tararea el estribillo del tango "Amores de estudiantes: "Hoy un juramento, mañana una traición...".
Dada su buena performance y actuación está convocado para protagonizar las remake de: "Triple traición", "Traición al amanecer" y "Secretos y mentiras".
Cualquier parecido con la realidad es pura casualidad.

V. A.
DNI 11785673