Soy docente jubilada y estoy sorprendida por la avalancha de críticas que se han lanzado sobre el compañero Carlos Andrada, por su decisión de separarse del Frente Cívico y Social y formar un bloque unipersonal.
Viendo a diario se lo tilda de “traidor”, de “deshonesto”, de “Borocotó” y otras formas insultantes que el destinatario no se merece, porque tiene una impecable trayectoria en defensa de los intereses populares y en particular de los docentes, es que me decidí a pedirle a los lanzadores de ofensas, primero que tengan memoria y segundo que examinen si están libres de culpas para tirar la primera piedra.
En Villa María, como habitualmente se dice, somos pocos y nos conocemos mucho. Y puedo demostrar si esta fuera la intención de esta carta, que quienes hoy critican tan enojosamente para dañar a un prestigioso dirigente sindical que siempre nos ha honrado, son precisamente quienes no hace demasiado cambiaron de posiciones políticas (o sindicales) por razones estrictamente de conveniencia y no por convicciones. No quiero señalar quienes fueron radicales y luego juecistas fanatizados, gremialistas burocratizados que luego denunciaron a sus pares, peronistas que pasaron de menemistas a duhaldistas, a delasotistas, a kirchneristas, sin ponerse colorados, radicales que vaciaron la comuna, o que desplumaron la provincia, o que cerraron escuelas, hospitales, redujeron los sueldos, achicaron los ingresos jubilatorios, etcétera.
Debieran estos acusadores de oficio hacerse un examen introspectivo y valorar si están en condiciones de ponerse en fiscales de nadie y terminarla con sus actitudes mezquinas y revanchistas, que sean serios y dejen actuar a quienes ha elegido el pueblo con su voto para que cumplan una tarea y luego lo juzguen por ello.
Todo lo que ocurre es de una bajeza moral tan indignante que una desconocida persona de la vida política, social o cultural de la ciudad se ha permitido abrir un espacio para buscar adhesiones a su idea de considerar Andrada un “Borocotó”. Desaprovecha de ese modo el formidable sistema que nos ha dado la tecnología para enriquecernos y desde luego, la manipulación de las conciencias que han hecho los grandes medios contra todo el sistema político, en una clara vocación destructiva, golpista, inocultablemente ligada a su interés de reponer el perverso modelo neoliberal que produjo la destrucción del país y de su gente, al cual estuvieron directa o indirectamente vinculados ideológicamente los autores de los agravios contra Andrada.
En fin, reitero mi pedido de respeto y seriedad, de que se acaben las diatribas y las verdades a medias que son auténticas mentiras. Que revisen sus pasados, que se serenen y dejen trabajar tranquilo a Andrada, que se ha arremangado para proseguir cambiando la realidad heredada cuando los partidos de quienes criticaban estuvieron en el poder. Y lo hará con sus acostumbrada capacidad, honestidad y solvencia. De eso no tengo dudas.
Eva Toccacelli
LC 6267193
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