Diálogo, definición según la Real Academia Española
- Conversación entre dos o más personas que se intercambian el turno de palabra.
-Discusión de distintos puntos de vista para intentar lograr un acuerdo o un acercamiento entre posturas.
-Género literario en que se finge una conversación o discusión entre dos o más personajes en que se exponen ideas opuestas.
-Diálogo de besugos. Conversación absurda y sin sentido.
- Diálogo de sordos. Conversación en que ninguno de los interlocutores parece escuchar al otro.
El diálogo se convirtió rápidamente en la palabra de moda en este invierno con temperaturas bajo cero. De pronto, dialogar se transformó en pandemia. Una enfermedad similar a la gripe A, que afecta exclusivamente a la clase política.
Los síntomas del diálogo, se relacionan con la influenza, en realidad influencia sobre el otro. Cuando oficialistas y opositores se juntan, sube la temperatura, es dificultosa la respiración tanto sonreír para la foto, las gargantas se resecan por el esfuerzo de simular y luego de unos minutos quedan de cama fatigados por la hipocresía.
¿Es el diálogo una solución para los problemas de la gente? Posiblemente, en algunos lugares del planeta sea una puerta interesante.
Pero, en este país, se parece más a un género literario en que se finge una conversación o discusión entre dos o más personajes con ideas opuestas y luego se baja el telón. Hasta el momento, los diálogos políticos no han nacido con un pan bajo el brazo.
El Gobierno nacional encaró una serie de reuniones con los sectores de la oposición. Una actitud elogiable si realmente se canalizara en la concreción de medidas para mejorar la vida de los argentinos, fundamentalmente de los más desprotegidos.
Pero, hasta el momento hubo más flashes, más palabras que hechos.
El intendente Eduardo Accastello también entró en la variante del diálogo y dará el puntapié inicial con la lechería. Para diferenciarse de la movida K, lo denominó “diálogo productivo y social”.
¿Habrá algo más que un simple intercambio de opiniones en un momento en que vamos a una cuenca lechera sin tambos, aumenta la desocupación, la pobreza y se esfuman los salarios?
No es la primera vez que el titular del Ejecutivo abre las puertas de su despacho a referentes comunitarios. Accastello es un hombre de diálogo. Pero hoy, se necesita mucho más que palabras para dar al pueblo las respuestas que necesita.
Sin acciones concretas, el diálogo será de besugos o de sordos. Y habrá sólo fotos que se archivarán cuando dialogar deje de ser moda.