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La resolución de un problema conyugal en la etapa media del matrimonio suele ser más difícil que en los primeros años |
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Uno de los enfoques psicológicos que se especializa en la terapia familiar es la clínica sistémica: los sistémicos nos ocupamos principalmente de la interacción y la comunicación que existe entre los miembros de una familia.
El grupo familiar como un sistema relacional abierto tiene un dinamismo, un movimiento dado por el hecho de que sus miembros se modifican mutuamente. Una familia cumple un ciclo de vida: nacen, crecen, se reproducen, se mueren, etcétera. Por lo tanto la familia es proclive a sufrir crisis porque como todo proceso evolutivo tiene sus etapas. Estas son:
1) Inicio del matrimonio
2) Nacimiento de los hijos
3) Período intermedio (hijos pequeños y adolescentes)
4) “Destete” de los padres
5) Retiro de la vida activa
Otra etapa particular, que no todas las familias la pasan, es la separación o divorcio del matrimonio, o bien las crisis momentáneas de la pareja que no llegan a una separación explícita, pero que sí influyen y afectan al sistema familiar. En cada una de estas etapas familiares el sistema sufre nuevos cambios.
En el transcurso de estos procesos van sufriendo diversos acontecimientos que desestructuran una organización, que hace cambiar sus reglas y se transforman en otras para no volver a ser las mismas. La importancia no es sólo lo que ocurre en cada una de esas fases, sino también las crisis que acompañan el paso de cada etapa evolutiva hacia otra.
Son procesos normales del desarrollo del sistema familiar. Por ejemplo: la resolución de un problema conyugal en la etapa media del matrimonio suele ser más difícil que en los primeros años, cuando la joven pareja atraviesa aún por un estado de inestabilidad y está elaborando pautas nuevas. En la etapa media (hijos en el período escolar, hijos adolescentes) las pautas se hallan establecidas y son habituales. Una pauta típica para estabilizar el matrimonio es que la pareja se comunique a través de los hijos; por eso, si éstos dejan el hogar y la pareja vuelve a quedar frente a frente, surge una crisis. Acá aparece la siguiente etapa, el “destete de los padres”: Una dificultad marital que puede emerger en esta época es que los padres se encuentren sin nada que decirse ni compartir. Durante años no han conversado de nada, excepto de los niños. A veces la pareja empieza a disputar en torno de las mismas cuestiones por las que disputaban antes de que llegaran los hijos. Puesto que estas cuestiones no se resolvieron, sino simplemente se dejaron de lado con la llegada de los niños, ahora resurgen.
La crisis de alguna disfunción en el grupo familiar será considerada, desde el punto de vista evolutivo, como un tiempo de inestabilidad del sistema que, en el mismo momento del sufrimiento y la incertidumbre puede dar lugar a nuevos desarrollos, abrir nuevos caminos para obtener cambios positivos, tal vez evolutivamente más maduros; se trataría entonces de un momento favorable de la evolución de cualquier sistema familiar.
¿Cómo nos damos cuenta que nuestra familia necesita de una
terapia
psicológica?
El momento oportuno para recibir asistencia psicológica es cuando muchas de las soluciones intentadas ante la situación problemática que provoca cierto desequilibrio en la familia ya no resultan, es aquel momento en que más se intenta resolver el conflicto familiar y más se mantiene el problema, es decir los problemas son estabilizados por los variados esfuerzos por resolverlos.
También es cuando uno de los miembros de la familia busca ayuda fuera del sistema familiar o busca asesoramiento de cualquier índole (escuela del niño, trabajo, amigos que conocen lugares específicos, etcétera).
Por lo general uno de los miembros llega a la primera consulta psicológica, el terapeuta observa cómo se presenta el problema y se convoca al resto de la familia, que son aquellos quienes desean participar y resolver la problemática.
Cuando aparece el síntoma, es decir una conducta de uno de los miembros que desequilibre el sistema familiar, podría ser una señal de la dificultad para superar una etapa del ciclo vital familiar.
En el consultorio se encuentran diversos tipos de familias, aquellas a las que les resulta fácil resolver las problemáticas presentadas y otras a las que se les dificulta más; esta última se da cuando la familia presenta una estructura rígida que le hace difícil encontrar nuevos equilibrios ante la variación de su ciclo vital. En cambio, un sistema familiar es flexible cuando puede obtener con mayor facilidad ese nuevo equilibrio y también pueden conservarlo o mantenerlo, muestran capacidad de cambio y de transformación.
Toda organización busca su estabilidad mediante diversos procesos y desde esta estabilidad sobreviene el caos, el desorden, que no es más que el principio de un nuevo ordenamiento diferente, que seguramente será un nuevo estado con mayor experiencia y de mayor complejidad. Por lo tanto esto implica una idea de salud que incluye el desorden, en otras palabras, es necesario el desequilibrio en el sistema para lograr el cambio, siempre y cuando se haya encontrado la solución para ese problema.
¿Qué se intenta realizar en el
trabajo
terapéutico?
En el trabajo terapéutico se intenta mostrar a los participantes que una conducta influye en la reacción del otro y que la responsabilidad de cada miembro está puesta en las funciones y roles que cada uno desempeña.
El terapeuta sistémico ayuda a la familia a encontrar un nuevo equilibrio en las relaciones y así poder adaptarse a las exigencias de las diferentes etapas evolutivas que pasa cualquier familia nuclear y que son naturales de su propio desarrollo. No dejando de tener en cuenta la historia familiar, los valores, costumbres, mitos y ritos familiares que forman parte de su identidad, la búsqueda de este equilibrio en el sistema, se hace en conjunto con el profesional, éste no impone a los consultantes a efectuar tareas que no estarían dispuestos a realizarlas. También es importante la motivación de los participantes en lograr cambios y una nueva estabilidad en la familia.
Lic. María Noel Quinteros
Psicóloga
MP 5359
centrodeterapias-
devanguardia@yahoo.com
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