Señor director:
Quiero comentar el estupor, la bronca y al impotencia que sentimos al recibir la factura del gas, que oscilaba entre los 50 pesos y 60 pesos, pero que nunca los superaba.
Esta del mes de julio fue de 240 pesos.
Enseguida fui a las oficinas de la empresa a realizar el reclamo ante lo desmedido del aumento.
La persona que me atendió adujo alguno de estos tres motivos para semejante facturación: los impuestos que se suman al consumo, la “categorización” de algunos sectores y, por último, “podría tener alguna pérdida”, por lo que me recomendó que buscara un técnico matriculado para que hiciéramos revisar la instalación. Al parecer, todos los consumidores tienen pérdidas...
Nosotros seguimos sosteniendo que la rentabilidad de “cualquier” empresa debe ser la que el país permitiese, no lo que la ambición desmedida o las leyes abusivas permitan.
Atentamente.
María A. de Machado
Liga de Amas de Casa
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