“Aquí lo fundamental es preguntar por qué, de dónde viene, cómo se produce la contaminación del agua con arsénico. Puede haber varios motivos y resulta indispensable establecer cuál es.” Las primeras palabras de Juan Carlos Ferrero sirven para comprender que tiene una mirada distinta sobre el tema.
El químico industrial y geólogo, que asesora a la legisladora provincial Norma Poncio, consideró que “a este tema hay que despolitizarlo inmediatamente”.
“Aquí se trata de tomarlo como una cuestión de Estado, de ubicarlo más allá de cualquier partidismo. Debemos preguntar por qué si antes no había estos niveles de arsénico en el agua, ahora los tenemos. Y, en cuanto a los motivos, puede haber varios: existen sedimentos en toda esta zona que pueden tener influencia, la minería contamina con arsénico, la industria contamina con arsénico, los líquidos que se usan para fumigar contaminan igual... Otro elemento que puede tener influencia son las perforaciones, ya que sabemos que en las napas altas hay más concentración de arsénico. Y si no se sella bien el paso de una napa a la otra, se filtra el agua contaminada hacia abajo.” El especialista abre el libro de sus conocimientos y descubre otra parte de la realidad en el problema que viene preocupando seriamente a los villamarienses, a partir de la difusión de todo tipo de análisis que evidencian contenidos de arsénicos en el agua de red, superiores a los sugeridos por la Organización Mundial de la Salud y el Código Alimentario Nacional (0,01 ml/por litro).
Ferrero reconoce que los efectos en el cuerpo humano son disímiles, porque no hay dos personas que tomen la misma cantidad de agua cada jornada y, además, porque no todos los organismos reaccionan de la misma manera.

@ “Cómplice”

Más adelante, asegura que “si el Estado sigue estando ausente, si no estudia el agua de las napas, si no analiza las causas, si tampoco controla el agua envasada que se vende, es cómplice de toda esta situación”.
“No podemos seguir vendiendo agua sin saber cuál es la reserva de los acuíferos provinciales, y además desconociendo el por qué del nivel de contaminación”, concluyó.