Emocionado. La presencia del helicóptero en el cielo villamariense emocionó al sindicalista Luis Martínez, quien en forma inmediata levantó los brazos en señal de saludo. La tierra y el pasto seco que voló sobre las cabezas, durante el aterrizaje del coloso, no amilanaron al hombre. “Es nuestra presidenta y me emociono al ver que viene a nuestra ciudad”, dijo. Después comenzó a sacudir su ropa y su cabello.
Sin la cinta azul. El intendente de Arroyo Cabral, Pablo Alcalino, se encontró con un escollo a la hora de entrar al sector de los invitados especiales: no tenía la cinta azul en la muñeca. “No me quieren dejar entrar porque soy radical”, señaló sonriendo mientras lo llevaban a buscar la necesaria cintita.
Todo lo mejor. Cuando Cristina dijo que la ESIL era la mejor escuela de Latinoamérica, se ganó el efusivo aplauso de los alumnos del establecimiento.
Refugio. Cualquier cosa vino bien para refugiarse de la tierra y el pasto. Algunos dirigentes aprovecharon la bandera del palco para taparse, otros las sillas (foto).