En la Equinoterapia participa un grupo de profesionales, los caballos, los pacientes y su familia.
Estos son: un instructor de equitación, el cual conoce sobre el manejo de caballos, siendo responsable de entrenarlos para esta actividad, y prevenir durante el desarrollo de la sesión cualquier reacción desfavorable del animal. También es el encargado de guiar al caballo durante la sesión y realizar cambios de dirección acordes al trabajo que se está realizando con cada paciente en particular.
Una kinesióloga y una terapista ocupacional capacitadas en el manejo de niños y adultos con diferentes grados de discapacidad, lo cual permite evaluar y establecer una estrategia terapéutica individualizada a cada paciente en particular.
Es de vital importancia poseer experiencia como jinete, lo que permite conocer todas las sensaciones que experimentan los pacientes y facilitar el aprendizaje de las nuevas habilidades motoras. Son las encargadas de ir con los pacientes arriba del caballo realizando las diferentes técnicas de Neurorehabilitación y aprovechando los tres principios básicos, los cuales se desprenden de las propiedades del caballo:
Transmisión del calor corporal: la temperatura del caballo oscila entre los 38º C y 38,5º C lo que provoca en el paciente una dilatación de los vasos sanguíneos con la posterior relajación de los músculos.
Transmisión de los impulsos rítmicos: los impulsos dados por el movimiento del caballo son traspasados a través de la médula espinal hacia el cerebro, y de la pelvis hacia las extremidades inferiores. Esto se debe a la contracción y distensión de los músculos lumbares y ventrales del caballo, forzando al paciente a adaptarse a este ritmo basculante y continuo, permitiendo así disminuir la espasticidad muscular.
Transmisión de los patrones de locomoción equivalentes a la marcha humana: la marcha del caballo logra una imitación de la marcha humana en personas que no poseen un adecuado control de tronco o extremidades que les permita caminar, pudiendo lograr este patrón, incluso sin necesidad de encontrarse erguidos.
Un ayudante: el cual colabora con la seguridad de la actividad previniendo en el paciente posturas con riesgo de caída, ayuda en el desarrollo de cualquier terapia específica o la realización de ejercicios. Mientras más severa la discapacidad y menor control del paciente sobre su motricidad más importante el papel del ayudante.
Los miembros de la familia de los pacientes son fundamentales colaboradores en esta actividad, convirtiendo la misma en una forma de recreación que todos disfrutan; deben ser instruidos en las conductas básicas a tener en cuenta cuando se desplaza al lado del caballo, tales como evitar movimientos bruscos que puedan espantar al animal, o desplazarse por delante o por detrás de él.
El grupo de pacientes que se compone de niños y adultos, buscan en esta terapia una forma nueva y diferente de rehabilitarse, permitiendo utilizar al caballo como coterapeuta para realizar las diferentes técnicas de neurorehabilitación y utilizar los principios del mismo antes mencionados.
Los caballos Aguare y Mora, son los nos ayudan a poder llevar a cabo esta actividad. Colaborando con la facilitación de movimientos y ajustes posturales.

“Al Tranco”
Grupo de Equinoterapia.
Valeria Gili, Verónica Raggiardo, Ramiro Reale y Agustina Gili