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El presidente del Centro de Jubilados Fraternales, Risieri Bettiol, expuso la delicada situación por la que atraviesan algunos jubilados de la ciudad y región |
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“Vuelva en quince días, el médico no lo va poder atender hoy”, resuena más de una vez en la recepción de algunas clínicas locales a las que acuden los jubilados para recibir atención.
Las excesivas demoras para conceder turnos a los pasivos con delicados cuadros de salud, motivó la indignación y movilización de los integrantes del Centro de Jubilados Fraternales.
“Me siento muy molesto por la atención que reciben los beneficiarios”, manifestó el titular de la institución, Risieri Bettiol.
“En la Clínica Marañón existen importantes demoras en los turnos para jubilados que necesitan atención inmediata”, agregó el consultado.
“A este lugar van personas que necesitan, con turnos pactados y cuando llegan les dicen que los médicos no están y que regresen en quince días o más”, acotó Bettiol.
“Tenemos el caso de una persona que llegó a esperar dos meses para que le miraran las radiografías de una quebradura que había sufrido”, puntualizó el entrevistado que también indicó: “Otra de las situaciones fue la de una señora a la que le negaron atención y tenía una angina de pecho”.
“Desde nuestro Centro de Jubilados Fraternales queremos llamarle la atención a la Clínica Marañón o por lo menos reclamar que estas cosas no vuelvan a suceder”, dijo el reporteado por este medio.
Vale destacar que desde el Centro de Jubilados se propuso realizar una reunión con el PAMI y los médicos “para llegar a un acuerdo y pulir los errores”.
“Hemos cursado nota al PAMI Villa María, al gerente de la provincia y a la Federación de Centros de Jubilados del Interior (Fecudi)”, informó el presidente de la entidad que además reveló no haber mantenido aún contacto con los directivos de la clínica.
“Los médicos aducen que el PAMI no les paga y que están sus consultorios saturados de jubilados. Si es así que pongan las cosas en su lugar y que deriven el excedente hacia otros centros de salud para que sean bien atendidos”, esbozó Bettiol.
“Este problema tenemos que salir a mostrarlo a la ciudad. Ocultar esta realidad y callar sería aceptar un trato que no merecemos”, dijo también.
“El jubilado lo que quiere es una mejor calidad de vida. Para eso contribuimos todos los meses”, concluyó.
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