Más de 350 personas en el primer día participaron en Sunchales de las II Jornadas Nacionales de Alfalfa, los que se desarrollaron durante esta semana, organizadas por Todoagro Eventos, donde se expusieron las novedades técnico-científicas, las alternativas, problemáticas y soluciones para el sector, con una nómina de excelentes profesionales argentinos especialistas en el tema y la visita de especialistas internacionales.
EL DIARIO Rural, estuvo presente en las jornadas, donde algunos de los temas más destacados tanto para profesionales como para productores, fueron desde el manejo hasta la elección de variedades, implantación, plagas, preparado de suelos para siembra, sin dejar de lado el tratamiento de efluentes, planteado como una de las deudas del sector lechero con el medioambiente y las soluciones para estos, presentadas no sólo como solución ambiental, sino como gran fuente de ingresos al ser usados como fertilizantes.

Elegir variedades

El ingeniero Oscar Bruno al exponer sobre las distintas variedades de alfalfas, recomendó muy especialmente no "disociar el ambiente donde se desarrollarán las pasturas con las variedades según el grado de latencia a elegir para el forraje ganadero, ya que los distintos ambientes y suelos, dan también variedad en los rindes y desarrollo del potencial de cada especie".
"Si bien en los últimos ensayos de nuevas variedades la cantidad de materia seca oscila entre las 31 y 41 toneladas de materia seca/ha/año, hay que tener en cuenta que siempre hay que seleccionar las de mayor persistencia incluyendo en los planes de mejoramiento el control de las enfermedades", sostuvo Bruno.

Panorama varietal

En tanto, Daniel Basigalup, del INTA Manfredi, informó que en el mercado existen alrededor de 360 variedades de alfalfa inscriptas, en las que al seleccionarlas para la implantación, el productor debe reconocer en ellas:
-Producción de forraje
-Reposo Invernal (característica genética que permite mantener la latencia durante el período de bajas temperaturas).
-Distribución de la producción a lo largo del ciclo.
-Resistencia a las plagas y enfermedades.
Acotó que "en los últimos años, las más adoptadas son en general de los grupos 7 en adelante, y que a pesar de los ensayos la variación en las tasas de crecimiento y producción, se suele dar de acuerdo a las condiciones climáticas de cada año".
Respecto a las plagas, sostuvo que "siguen siendo las que mayor atención requieren por el daño que producen en los alfalfares el pulgón azul y el pulgón moteado, aunque también hay que controlar los pulgones verde y negro, los gorgojos e isocas".
En cuanto a las enfermedades, Basigalup indicó que "las más importantes son la fitoftora, los hongos en raíces, la corchosis y las enfermedades de la hoja, esta última, especialmente en las alfalfas sin reposo, como la roya y la viruela, que requieren atención y tratamiento porque disminuyen el rendimiento y la calidad del forraje".

De bajo riego

Para producción de semillas, Eduardo Echeverría, especialista en forrajes bajo riego, expuso entre otros conceptos, que el tema "es una actividad que requiere de especializaciones y debe realizarse en zonas ecológicamente aptas para ello, y que hay factores claves para lograr buenos resultados, muy en particular, para la producción de semillas, ya que en este caso, los alfalfares, deben ser destinados exclusivamente a ese fin".
Para ello, señaló deben realizarse los cultivares en zonas que presenten "relativamente libres de precipitaciones en los períodos de floración y cosecha, siendo uno de los lugares ideales, la región del NOA, que tiene pocas precipitaciones estivales, lográndose allí, rindes que oscilan entre los 500 a 1.000 kg por hectárea, haciendo uso de la mejor tecnología disponible, ayudados por las condiciones climáticas y las temperaturas medias, baja humedad relativa ambiente y vientos moderados".
Al marcar los puntos relevantes para la producción de semillas nacionales que abaratarían los costos productivos, expresó que "la existencia de una demanda selectiva de semillas de calidad y de criaderos reconocidos-altos rendimientos y excelente calidad forrajera-costos operativos bajos y precios competitivos, junto con la necesidad que existan programas eficientes de fiscalización con proyectos de parte del Estado que promuevan la actividad productiva de semillas y financiamiento para la investigación tecnológica".

Epoca de siembra

"Cada región debe tener su propia evaluación de temperaturas, humedad en los suelos y radiación factible, para determinar la época de siembra de sus alfalfares", sostuvo el ingeniero Luis Romero del INTA Rafaela, quien además determinó como etapa ideal de siembra, "la del otoño (marzo-abril) ya que generalmente en nuestra zona pampeana, los suelos se encuentran con agua acumulada y esto permite el mejor desarrollo radicular de la planta lo que le permitirá llegar al verano en mejores condiciones".
"De no ser factible por las razones que fueren, inherentes a las posibilidades climáticas y/o económicas de cada productor, las siembras tardías o de primavera, requieren mayores cuidados y controles, ya que las condiciones de crecimiento son distintas y pueden malograr la producción de forraje y duración de los lotes", añadió Romero.

Problema y solución

El ingeniero Hugo Fontanetto, especialista en producción de alfalfas, del INTA Rafaela, presentó todas las necesidades de un buen forraje, entre ellos "la de la fertilización, con costos muy importantes, recalcando que muchas empresas, por cuestiones de ventas entregan al productor información mentirosa, por lo que es necesario echar un cable a tierra, y hablar seriamente de las necesidades y prioridades para que las producciones puedan sostenerse en el tiempo.
"Hablemos de nutrientes", dijo Fontanetto, "antes de cualquier cambio, ya que la tierra es una caja de ahorros con recursos limitados, que si no cuidamos, se esfumarán, y depende de los productores mantenerla, cuidando mucho de realizar cambios drásticos en los métodos productivos, porque se corre el riesgo de destruir los suelos con la presión ejercida sobre los mismos".
"El gran desafío que debe afrontar la lechería es el de trasladar fertilidad a los sistemas ganaderos, es redistribuir la bosta y la orina, que vuelvan al suelo como materia orgánica para emparejar nutrientes, está comprobado con ensayos que además de aumentar la materia orgánica, aportan fósforo. No hacerlo, es perder fertilidad y mucho dinero. Un tambo de 100 vacas, puede producir 25 mil dólares anuales en fertilizantes, a lo que se le debe sumar el aumento productivo por mejor calidad de forrajes de 120 mil litros de leche por año", explicó Fontanetto.
Insistió en que "cuidar el suelo y ganar dinero, ese es el desafío de cambio, esa es la realidad, trabajar con diagnósticos, con reposición de nutrientes, con planes de trabajo y fertilización, con asesores técnicos, sin recetas mágicas, con estrategias, con rotación de cultivos, es asumir que el crecimiento debe ser vertical, de la mano de la fertilización y la capacitación", concluyó el experto.

Para fertilizar

Ronald Lombardi, expuso cómo con un costo muy bajo se puede implementar a través de un colector de estiércol, con sistema de exclusas, cámaras de entrada y salida, y un silo bolsa semienterrado, un Biodigestor, que en un proceso de 27 días realiza la biodigestión de efluentes de tambo, "inactivando el ciclo de reproducción de parásitos, sin contaminar ni tirar patógenos, se produce fertilizante natural y eficiente para los suelos (y las alfalfas especialmente), haciendo un tambo amigable con el medioambiente y lograr un valor agregado a la producción con la sencilla ecuación de: mejor calidad de suelo-más producción de forraje-más leche-mayores ingresos económicos".

Internacionales

Bill Knipe, vicepresidente de una forrajera internacional, manifestó en su alocución que los mejoramientos genéticos realizados en las especies forrajeras, "han permitido mejorar la eficiencia del uso de la semilla generando así mayor estabilidad en las producciones lecheras y de carne". Estos avances son:
-mejor implantación
- control más eficientes de las malezas
-mejor utilización de fertilizantes y enmiendas
-tratamiento de semillas.
"En ningún lugar del mundo vi como en Argentina el desarrollo del pastoreo rotativo con las mejores variedades de alfalfas, el buen manejo que pude observar en campos argentinos, permite triplicar la producción de materia seca que a su vez, permite duplicar la carga animal. Una de las producciones más importantes de alfalfa se ha desarrollado en la zona de Marcos Juárez, donde se alcanzaron rindes de hasta 74.000 kg de materia seca/ha/año", manifestó Knipe.
Steve Orloff, experto de la Universidad de Davis, Estados Unidos, que disertó sobre "las necesidades nutricionales de la alfalfa". Manifestó estar "asombrado" por el interés demostrado por esa forrajera ante la presencia masiva de asistentes a la jornada, lo que se debía, según su apreciación, a que a diferencia de lo que sucede en Estados Unidos, que los productores lecheros "no producen alfalfa(heno) sino que los compran a quienes se dedican a ese cultivo, en nuestro país, el productor, debe ocuparse además de producir el alimento, considerando que por los resultados obtenidos en nuestros campos de la cuenca lechera centro, se hace más que bien".