Muchos jugadores de fútbol eligen distintos caminos para mostrar sus cualidades y hacerlas valer.
Y en el caso de los villamarienses, si se repasan los destinos más sorprendentes, Rodrigo Santoni puede decir que integra un grupo reducido de argentinos que juegan y se la juegan muy lejos de casa.
Es que, con 27 años, el delantero que surgió de River y también jugó en Alumni, Central Argentino, Española y Rivadavia de Arroyo Cabral, afrontará por quinta vez consecutiva una temporada en el fútbol de Indonesia, donde es reconocido, firma autógrafos y, lo más importante, vive del fútbol, tal como fue su sueño de pibe.
“Lo importante está en que uno hace lo que le gusta y es feliz”, le contó Rodrigo a EL DIARIO, mientras disfruta de sus últimas horas de vacaciones en la ciudad.
Luego de jugar las últimas semifinales del torneo con su equipo, Persikabo, el villamariense podría pasar ahora a un club más importante de ese país, siempre en la primera división, donde puede percibir un mejor ingreso.
Y es precisamente el aspecto económico lo que inclinó la balanza cuando debió decidir si volver a tierras asiáticas o quedarse en Villa María.
“Me decidí por la estabilidad económica, más por como está el país", comentó, para luego afirmar: "En Indonesia me han respetado mucho, se portaron muy bien conmigo y da fuerzas para irse un año más".
Más allá de esto, aseguró: "Uno tiene el corazón acá; siempre tengo pensado volver a Villa María, que es el lugar donde quiero vivir".
En ese sentido, el atacante tenía pensado instalarse esta vez en su tierra, pero dio a entender que ninguna propuesta le interesó. De hecho, al ser consultado sobre si Alumni lo había llamado para integrar el plantel que afrontará el Argentino A, Santoni expresó:
“La gente de Alumni se portó muy bien, me llamaron y tuve una reunión, por eso estoy agradecido a Adrián López y al 'Coco' (Raúl) Agüero."
"Estuvimos hablando y fue un buen gesto, pero hoy por hoy veo que la situación económica está muy difícil", añadió.
Más allá de esto, indicó: "Cuando estuve en el club me porté mal y ahora veo como un buen gesto que me llamen".
Por último, para cerrar el tema, dijo que esperar que "le vaya muy bien a Alumni porque es el equipo de la ciudad”.

@ Acostumbrado

Con una sonrisa, Santoni comentó que ya es un indonesio más.
"A medida que va pasando el tiempo, el hombre es un animal de costumbre", recalcó. "Y con el tiempo uno maneja las diferencias, sabe cómo es la forma de ser de la gente".
"Lo único malo es estar lejos de la familia y de la gente que uno quiere; es lo más difícil, pero gracias a Dios y la tecnología, estamos muy bien, todo el día hablando por Internet", reconoció.
Psds Deli Serdang y Purwodadi Persipur fueron los equipos donde militó el villamariense antes de llegar a Persikabo, donde hizo una muy buena temporada y marcó nueve goles. Eso sí, ya sin el puesto de atacante definido, sino como enganche, media punta o ladero del volante central.
"Las últimas tres temporadas en Indonesia jugué en esa posición", remarcó, aunque negó por completo que fuese a imitar al tío Marcelo, uno de los enganches más talentosos del fútbol local.
"Lo que hace mi tío con la pelota no lo haré nunca, tengo que volver a nacer para eso", aseguró Rodrigo, entre resignación y satisfacción al mismo tiempo.
Más allá de esto, su buen torneo le permitió ser considerado un jugador valioso en el torneo, por eso contó que tiene "proposiciones de otros equipos más grandes y vendría bien un cambio de aire, a mediados de octubre".
Precisamente, un cambio de club en ese país resulta lo más interesante para un jugador. Y así lo explicó Rodrigo: "Allí lo importante es que te mejoran en lo económico, nada más, porque es un fútbol que no tiene un mercado amplio, entonces, si jugás bien en un equipo, te quedás en Indonesia y pasás a un mejor equipo, no a otra liga".
De todas maneras, el villamariense no se puede quejar. Vive en una casa de Bogor, a media hora de Yacarta, y cuando tiene tiempo libre, gasta 60 dólares del pasaje en avión que lo lleva hasta la isla de Bali, nada menos.
A todo esto, disfruta del calor de la gente que lo reconoce como figura del equipo.
"Los hinchas son muy fanáticos, te piden fotos, autógrafos... Me hacen poner mal porque los tengo engañados", expresa él, con una sonrisa tímida.
No obstante, ya los entiende mejor porque se pulió en el idioma, que maneja con frecuencia, motivo por el cual se declara un indonesio más.
En ese sentido, Rodrigo sostuvo: "Si me sale una oportunidad, trataré de seguir allá lo más que se pueda, aunque tengo ganas de volver a casa y si es mi ciudad, mucho mejor, pero esperemos que el año que viene haya una propuesta buena".
Por ahora, disfruta de Villa María en las vacaciones.
"Cada vez que vengo, la ciudad crece por su gente, así que la veo distinta, cada vez más linda", contó.
@ Es otra vida'

Cada vez que viene a la ciudad, Rodrigo no sólo disfruta estar en familia y con amigos. También cuenta anécdotas desopilantes de la curiosa vida en Indonesia.
"Cuando vamos a concentrar, los compañeros de pieza se levantan a las 4.30 de la mañana, me apagan el aire acondicionado y se ponen a rezar... Tengo que bancarme los 40 grados de calor, pero bueno, los tengo que respetar", cuenta.
Otra curiosidad pasa por el calendario del torneo.
"Allá los partidos son cada dos o tres días y a las finales las jugamos en una semana: lunes, miércoles y sábado", reveló.
En ese aspecto, dijo que "se labura bastante".
"Yo tenía un técnico que laburaba muy bien, todos los días en doble turno, pero con conocimiento; en cambio, hay otros que por ahí se pasan un poco, quieren doble turno a full todos los días, así llueve, caigan rayos y piedra, trabajan mucho en lo físico y por ahí eso no sirve y te destroza cuando jugás seguido", reflexionó.
A pesar de esto, muchos jugadores de la región quieren seguir los pasos de Rodrigo y es posible que, en los próximos días, más de un jugador local sea noticia en el país asiático.