1- Griselda: “No me parece bien la medida. Es una tragedia cómo nos roban permanentemente, no sólo en este caso puntual sino con todo. Es un país poco serio. No tengo, pero tampoco compraría a los precios actuales, un plasma. Ni tampoco compraría un home theater, porque los precios que hay hoy en día son privativos. En líneas generales no soy una consumidora de tecnología. Ahora bien, si pienso en qué me gustaría comprarme y no podré hacerlo si aumenta, pienso en una flor de cámara de fotos. Una espeluznante Nikon, jaja. En eso sí que gastaría, pero ni loca me compro un iPhone, por ejemplo. Considero que, en el caso de esa clase de celulares, pueden darse paso a otras prioridades: un iPhone no es un bien imprescindible. Supe tener un celular de esos Nokia que se caen, rebotan, explotan, y que luego se pueden armar y siguen andando ja ja, que salen 90 pesos: esos sí que no son bienes de lujo”.

2- José: “En este proceso económico cualquier aumento viene mal. El poder adquisitivo de la gente no ha corrido paralelo al incremento de los productos y servicios de los últimos tiempos. Lo que sí, pienso que cualquier medida que favoreciera la industria nacional debe ser bienvenida. Lo ideal sería ver cómo se articulan los intereses contrapuestos en esta medida. Ojalá pudiera proveerse de una solución para un flagelo que viene desde hace tiempo, que es el desempleo. Más que la obtención de un producto, creo que es la obtención de un empleo la única salida de una situación de pobreza e indigencia que tiene mucha gente en este país. El hecho de gravar las importaciones lógicamente nos va atrasando, pero peor que eso es que la ausencia de una política de creación de empleos ponga en riesgo la cohesión social”.

3- Marta: “Por un lado, convengamos que casi todo el mundo necesita la computadora para trabajar. Entonces una PC no es un bien de lujo sino un bien de uso. Pero me parece bárbaro que se intente reactivar la parte del sur del país, y que dejemos de importar y que le demos trabajo a nuestra gente. Si bien puede ser cierto que no estemos preparados para fabricar todo lo que ahora se importa, en algún momento hay que intentar evolucionar y ponernos a tono con el mundo. Si no vamos a estar toda la vida dependiendo de afuera. Vale la pena el esfuerzo, pero que se pongan las pilas, y no que hagan como siempre que se reúnen y quedan en una cosa y al rato dicen completamente otra, que es algo que está acostumbradito este Gobierno a hacer”.

4- Diego: “Es insultante pensar que todos los celulares son bienes suntuarios. El ponerle impuestos a algo porque el país no lo puede producir es un error de mercado. Creo que sería una buena medida en cuanto existiera el compromiso del sector beneficiado en, por ejemplo, lograr precios mejores de los que ahora hay para los productos de esa clase. Un suponer: ahora un plasma hecho en Tierra del Fuego vale 3.600 pesos, y uno traído de Malasia, vale lo mismo, 3.600 pesos. Ahora bien, ¿acaso el hecho en Tierra de Fuego va a bajar de precio cuando suba el que fue hecho en Malasia? No va a bajar, no lo hará. No desconfío tanto de nuestra capacidad como país de generar una industria tecnológica como de la manera en que se maneje políticamente la cuestión. Es una discusión muy fina la de la tecnología. En lo que no hay dudas es que en ella está el futuro”.