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El cocinero italiano agotó los cupos para todas sus actividades |
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El cocinero top, Donato de Santis, cumplió ayer con una abultada y extendida agenda en nuestra ciudad. Organizada por el club del vino La Enoteca, la jornada de visita contó por la mañana con una clase magistral (iniciada anecdóticamente con la interpretación de una tarantela, ante cien asistentes) y una cena con preparación de su autoría acompañada por una degustación de vinos (ante idéntico número de comensales), en el Howard Johnson. Al mediodía, en tanto, atendió a la prensa en una conferencia informal en el club House de barrio Los Algarrobos. Sin casi poder probar bocado, el chef italiano, quien atendiera personalmente a la familia Versace, aportó algunas consideraciones a destacar.
La TV. “Yo estudié 3 años y trabajé 30 para formarme. Ahora hay muchos que, porque está de moda, quieren salir siendo cocineros pero de TV. Y nos es difícil encontrar a alguien que realmente tenga condiciones”.
Lo casero. “Por un lado, la emancipación de la mujer provocó que las comidas tradicionales pierdan su legado (abuela, madre, hija) en pos de comidas demasiado transformadas. Esa tendencia hay que revertirla. Hay que volver a la cocina casera. Nos han educado a comer un producto para que nos guste y volvamos a comprar. Del mismo modo no estoy de acuerdo con la reducción de las porciones con nombres floreados, eso no es la verdadera cocina gourmet”.
Identidad. “La gastronomía argentina está luchando por encontrar una identidad propia. Y la impronta de lo itálico es muy importante, donde se ve una mixtura entre las comidas de hace cien años que trajeron los inmigrantes con otros tipos de culturas. Por ejemplo, en Italia no existe el sorrentino y acá sí”.
Oficio. “Yo tengo que cocinar para los demás, no lo quiero yo. Trabajo sobre lo que hay alrededor mío y lo que me inspira el momento”.
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