“El mejor diseñador del mundo es aquel que tiene una oreja grande para escuchar las necesidades de la gente”, asegura Ronald Shakespear, respaldado por cincuenta años de trayectoria y 1.700 marcas de identidad argentinas acuñadas en su estudio de trabajo.
“Soy un sastre que hace trajes a medida”, responde el afamado diseñador develando sus secretos a la hora de confeccionar la marca que identificará a quien se lo requiera.
Convocado para participar del ciclo de conferencias organizado por el Eninder, Shakespear cautivó a los presentes con un lenguaje más cercano a la realidad concreta y cotidiana que a sesudas fórmulas marketineras
“Los diseños deben responder a la gente. Lo cosmético, superficial, epidérmico no sirve para nada”, acotó el diseñador que también trazó una infranqueable línea entre arte y diseño.
“El diseño no es autoexpresión, el arte camina por caminos diferentes. Nosotros investigamos para crear y dar respuestas claras y concretas a las personas”, también manifestó Shakespear.
Para el dueño de una de las agencias más prolíficas en el rubro los diseñadores deberían “descifrar el idioma de la gente y los códigos de la calle” para elaborar sus productos.
“Una buena marca es aquella que recauda afectos y que cumple sus promesas”, esbozó el profesional recientemente premiado en los Estados Unidos.
“Las personas establecen una relación afectiva con las marcas, se identifican con ellas se apropian de ellas, en definitiva participan del diseño”, redondeó el conferencista.