Un hecho curioso ocurrió en las últimas horas en la casa radical de calle Tucumán.
Cuando abrieron el lugar encontraron elementos tirados en el suelo, puertas con raspaduras, sillones rotos. La primera impresión del correligionario fue: “Entraron ladrones”.
Se equivocó.
Por un error, un perro quedó encerrado en la casa y en su desesperación por salir rompió lo que encontró a su paso.
A partir de ese momento, no faltó el humor de algunos que se preguntaron si el can era en realidad un simpatizante del oficialismo o sea un “perronista”.