“Nos levantamos y advertimos que se le había cambiado el nombre a la calle que nos vio nacer y formar una familia (hacemos referencia a la calle Benjamín Gargiullo ahora Darío David Ramonda; ¡ojo!, que quede claro que no estamos en desacuerdo con el nombre elegido, pero sí molestos porque no fuimos consultados, cuando somos familias que hace más de 40 años que vivimos en esa arteria y sabemos perfectamente quién fue Gargiullo)”, dice el primer párrafo de la misiva.
Luego agrega: “Tenemos entendido que una vecina que no hace más de dos años que vive allí decidió ir al Concejo Deliberante a proponer el cambio de nombre porque el que tenía no era de su agrado, sin previa consulta a los vecinos que pasamos toda o gran parte de la vida en esa calle. Pero si nos ponemos a pensar la cantidad de calles con nombres de personas nefastas para nuestra historia o, simplemente, porque no nos gusta el nombre, tendríamos que cambiar una gran cantidad de ellas”.
Más adelante se expresa que “el malestar surge porque hace pocos años que remiseros, taxistas, carteros o cadetes no ubicaban la calle si no les decíamos ‘ex cortada Entre Ríos’”.
“Eso por un lado y además todo lo que acarrea el cambio de domicilio a todos los vecinos, que somos muchos, además de los negocios que allí se encuentran, porque la cortada nace en Martínez Mendoza, de barrio Lamadrid, y termina en Gorriti, de barrio San Martín”, agrega el texto.
Y concluye: “No entendemos cómo el Concejo Deliberante ordena el cambio por pedido de una sola persona nueva en el barrio. ¿No hay tantos problemas en la ciudad que el Concejo debería tratar de solucionar antes que el cambio del nombre de una calle?”.