Escribe

Prof. Norberto Ovando

En San Luis, aparentemente el incendio se inició entre las localidades de El Volcán y Potrero de los Funes, y el fuerte viento y la sequía, que se extiende desde hace ocho meses, lo arrastraron a las sierras centrales quemando la vegetación nativa, pastura natural y fauna silvestre.
También se vio afectada Villa del Carmen, Villa de la Quebrada y La Punta.
Hace apenas una semana atrás se habían quemado cerca de 15 mil hectáreas, en la zona de Papagayos y La Estanzuela, un área poblada con palmeras típicas de la zona, muy visitada turísticamente.
En Córdoba brigadistas, bomberos y voluntarios luchan contra las llamas principalmente en el límite con la provincia de San Luis, siendo las más afectadas las localidades de Achiras, Las Albahacas y El Chancay y otros focos de incendio se combaten en Villa General Belgrano, Villa Berna, Villa Las Rosas y Tanti.
Como informó este medio en el curso de la semana, hubo incendios también en varias localidades de la región con centro en Villa María.

@El combate

Cuando escuchamos que hay nueve aviones y dos helicópteros luchando contra los incendios, nos sentimos más tranquilos y entonces ¿por qué el fuego avanza implacablemente?
Ezequiel Silva, bombero voluntario de Río Cuarto, declaró para los medios, que “las tareas en el sector de Achiras serán complicadas debido a que el viento imposibilita el uso de los aviones hidrantes”.
Es que estos pequeños aviones, muchos de ellos fumigadores adaptados para arrojar entre mil y dos mil litros de agua, no pueden operar con fuertes vientos o con escasa visibilidad provocada por el humo.
Pero no es la primera vez que esto sucede. En cada incendio ocurre lo mismo, ya sea en la Patagonia, en los fuegos del año pasado en las islas del Paraná o ahora en estas provincias.

@Qué necesitamos

Los aviones hidrantes sirven para dar apoyo a los bomberos en tierra y poder enfriar la zona al borde de la cabeza del fuego. Así, los combatientes en tierra tienen un aliado que ayuda a combatir más rápido el desastre.
Pero nuestro país no cuenta con lo que debemos tener: un avión diseñado específicamente para combatir incendios forestales o rurales que pueda operar con condiciones climáticas adversas y además tener la capacidad de arrojar en cada vuelo hasta diez mil litros de agua, o sea, cinco veces más que el agua que puedan soltar los aviones que tenemos.
Es inentendible en la actualidad, que después de tantos incendios acaecidos en los últimos años, ni el Gobierno nacional ni los provinciales hayan adquirido un avión como el CL 415 de origen canadiense, diseñado especialmente para el combate y otras funciones de apoyo. Su costo no supera el 20% de lo que se está invirtiendo para transmitir el fútbol de un mes.
Se preguntaron ¿cuál es el costo material de lo que se va perdiendo en estos incendios, sin contar las vidas humanas? Imagínense el costo de todos los incendios que se marcan en el mapa si abren las páginas que los muestran actualmente en Internet (FAO/UMD/NASA, por ejemplo).

@Conclusión

El gobernador puntano, el Dr. Alberto Rodríguez Saá, indicó: "Es el incendio más grande de la historia de San Luis o por lo menos que se tenga memoria; es muy impresionante y debemos actuar con inteligencia y con la mayor sabiduría que podamos".
Entonces, no sigamos esperando que en cada incendio sea la lluvia milagrosa la que apague el infierno. Combatirlos rápidamente con las herramientas adecuadas salva vida, protege los bienes y conserva la biodiversidad.


* Vicepresidente
Asociación Amigos de los Parques Nacionales (AAPN)
Experto Comisión Mundial de Areas Protegidas
(WCPA) de la UICN.
Red Latinoamericana de Areas Protegidas ( RELAP)