Querido hijo, hoy ya no estás, alguien te arrancó de nuestros brazos. Hoy nos hace falta tu risa, tu amor... nos dejaron vacíos. Sé que Dios tiene un ángel más pero no alcanza para calmarnos el dolor, porque nos duele el alma. Nos dejaron sin sol, sin luz, porque eso eras para nosotros, tu familia y amigos. No voy a hablar de tus cualidades, tampoco de tus defectos, eras nuestro hijo y hoy no estás. Te buscamos en cada rincón y no estás, no sé si la justicia de los hombres hará algo pero la justicia divina siempre llega. Con esta carta quiero agradecer a tanta gente que nos acompañó en el dolor de tu partida. En especial a tu "cole" Manuel Belgrano, a tus profes, tus compañeros, amigos, los "kebrachos", vecinos y los papás de tus amigos, tus tíos, primos, amigos de Pasco, tus "compas" de la cadetería, de rugby... Gracias. Sembraste tanto amor, hijo, y eso cosechamos...Te amamos, tu ma, papa, Iara, Marce y tu amor Caro. Espérame, amor...
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