Más allá de la decisión del peronismo de prorrogar su interna hasta 2012, justificada en la gobernabilidad y dar solución a los problemas de la gente, está claro que la cocina tiene otros ingredientes.
Nuevamente, y desde hace años, el centro de la escena está copado por los mismos protagonistas: José Manuel de la Sota y Juan Schiaretti.
Los demás, a seguir remando


ESCRIBE: NET

Pocos minutos le llevó al justicialismo provincial decidir la prórroga de las internas previstas para el 22 de noviembre. La gobernabilidad fue la palabra más usada a la hora de evitar una contienda que pondría en riesgo la conducción política de muchos dirigentes que hoy están al frente de las intendencias y hasta la del propio gobernador Juan Schiaretti.
Meter violín en bolsa y esperar hasta 2012 fue la consigna y las manos se levantaron sin discusión.
Pero, patear la pelota no significa que la cancha está en plenas condiciones para el juego.

Un grupo de congresales de Córdoba capital se retiró sin votar. “No podemos levantar la mano para que Olga (Riutort) siga conduciendo el partido cuando nos traicionó y jugó con el kirchnerismo”, fueron algunas de las expresiones que se escucharon en el exterior del Hotel Mónaco.

Otros que no levantaron la voz se quedaron con el entripado en la garganta observando cómo el bastón de mariscal está siempre en las mismas manos y la democratización partidaria se parece cada vez más al cuento de la buena pipa.

No obstante, el planteo de un grupo de intendentes señalando que “existen demasiados problemas que solucionarle a la gente y que ir a una interna es una locura”, fue más que entendido.
“No es momento para salir a pelearnos entre nosotros y a la gente tampoco le interesa si tenemos o no internas”, dijo un dirigente del Departamento.
Es así. Los ciudadanos tienen preocupaciones más importantes que las telenovelas partidarias.

El inconveniente principal es que la mayoría de los dirigentes no ha tomado nota de estas preocupaciones. Y si las tiene apuntadas en algún lugar más sólido que el agua no se vislumbra la voluntad de buscar soluciones.
Los temas puntuales que afectan a los cordobeses, desde hace muchos años, siguen vigentes y el peronismo lleva un largo tiempo sin internas.

Por lo que internas y gobernabilidad no pueden considerarse antónimos. Es ridículo (para el común denominador) imaginar que José Manuel de la Sota y Juan Schiaretti puedan confrontar hasta morir. Saben demasiado el uno del otro, compartieron la fórmula de la provincia y el contador fue ungido por el abogado para llegar a la Casa de las Tejas.
Todo lleva a pensar que es parte de una escenografía, del montaje de otra pulseada por el poder.
De la Sota, tiene que ser el adversario, para que ese espacio no lo ocupen los peces más chicos. Es la lógica del peronismo que mientras más se pelea, más se reproduce.
Y la prueba está en que el centro de la escena del peronismo cordobés tiene nuevamente dos protagonistas: de la Sota y Schiaretti. Los demás, a seguir raspando la olla.


@Al paso
* “Algún día al Mingo (Carbonetti) le van a tener que hacer un monumento...” Lo dijo con mucha ironía un dirigente de la zona. Es que Carbonetti logró que el Congreso le aprobara el presupuesto de la delegación partidaria en San Francisco (similar a la de Río Cuarto) sin preguntar ni siquiera cuánto costó.

* “El peronismo le tiene más miedo al radicalismo que a Juez. Si esto sigue así, el próximo gobierno será radical.” Palabras que salieron de la boca de un referente del PJ capitalino.


@CLASIFICADOS
“No somos mujeres y hombres del escándalo, nuestras conciencias no son saltimbanquis de la alarma. Al contrario: los hechos graves como el de la pobreza de amplios sectores de la población nos atañen. La pobreza atañe al fondo último de nuestros compromisos, la idea de igualdad, nuestras antiguas y recientes militancias. Nos compete, nos atraviesa. Por eso podemos decir: no nos escandaliza.”
Carta Abierta (grupo de intelectuales K)