Escribe: Fabio Morisetti
El fútbol siempre da revancha. Es una máxima ultra conocida por todos. Y vaya si se dio en esta oportunidad. Rivadavia le ganó a Colón con un gol de Maxi Damiano a los 44’ del segundo tiempo para seguir en la punta del torneo y festejar largamente un gran triunfo en una nueva edición del clásico cabralense.
El último partido entre sí (el que consagró a Colón en la Plaza Ocampo) había sido muy aburrido, pero en esta oportunidad, los jugadores brindaron un encuentro sumamente interesante.
Sin tanta gente como en otras oportunidades, los dos equipos salieron a plantarse en el medio. De ellos, el que mejor lo hizo fue Rivadavia, que encontraba a través del movedizo Fernando Cabrera una buena alimentación para los grandotes delanteros.
Alos diez, Damiano avisó con un derechazo que el “Mono” Giraudo mandó al córner. Dos minutos después, el lungo no perdonaría, porque ganó en su especialidad y con un cabezazo sometió al arquero visitante.
Ahí nomás, apenas dos minutos después, Colón tuvo la gran chance de empatar con un claro penal en perjuicio a Luque que Gallo sancionó correctamente. Cardona tiró a su derecha y Fantino fue a su izquierda, pero la pelota dio en el palo y todo quedó como antes.
Sobre la media hora, el “Bocha” López estuvo cerca por la vía aérea, el arma preferida por el local.
Ya en el final, tras un centro de Morre, Fantino se jugó la vida y le ganó a Luque que quería amargar al “verde” como en el torneo pasado.
La etapa se fue, rica en situaciones y emociones. El resultado era justo, porque Rivadavia era algo más ante un Colón que, siendo superado, lejos estaba de rendirse.
En el complemento, Colón salió dispuesto a encontrar el empate, y apretó al local en su campo. Grande se agrandó en el medio y Alvarez sacaba todo lo que llegaba a su área. Con esto y algo de Morre y Gabetta, Colón avisó a los diez, con un centro de Cardona que Luppo cabeceó increíblemente afuera en absoluta soledad.
Un minuto después, Abate Daga probó de lejos y obligó a la reacción de Fantino para estirarse y mandar la pelota al corner.
Parecía que el empate de Colón iba a llegar, pese a que Morre otra vez se fue antes de tiempo a las duchas, esta vez por una infracción a Serda.
Lejos de amilanarse por el jugador menos, la visita siguió en lo suyo, y a los 19’ Fantino volvió a responder, esta vez ante un centro cerrado de Grande que se le colaba en el primer palo.
Recién pasada la media hora Colón encontraría el gol. Cardona ejecutó un tiro libre sobre la izquierda que rebotó en un defensor. La pelota le quedó a Mansi, que apenas llegó a tocarla y no pudo evitar que la pelota se fuese al corner. Del tiro de esquina surgió un rebote en el que Luppo fue tapado a tiempo, generándose otro córner, que ejecutó Cardona para meterlo olímpico.
El resultado ahora era acorde a lo que reflejaba el juego, pero estaba todo abierto, porque los dos querían más. El ingreso de Fernández por Luque le había dado mayor volumen a Colón, mientras que en el área del frente, Erregarena y Damiano prendían la luz roja cada vez que encaraban.
A los 42’, Russo ejecutó con violencia un tiro libre y obligó a Giraudo a mandar el balón al córner. Dos minutos después, una jugada llovida llegó a las puertas del área visitante. Alvarez (que pintaba para figura) no supo si sacarla o esperar la salida de Giraudo; el arquero salió tarde y a los dos les ganó Erregarena para puntear la pelota y dársela a Damiano, que definió con un cabezazo y desató la locura verde.
Rivadavia terminaba ganando uno de los mejores clásicos de los últimos tiempos, con emoción y resultado abierto hasta el final.

La figura

Buen arbitraje de Diego Gallo. En ningún momento se le fue de las manos un partido caliente. Acertó con la mayoría de las decisiones y no tuvo incidencia en el resultado final.Por su incidencia en el marcador, Maximiliano Damiano fue la gran figura del partido. Cumplió con creces con su labor fundamental: hacer goles. Además, supo aguantar la pelota y fue solidario en la marca.

El árbitro