Luis Rodríguez cumplió el pasado martes con la rutina de abrir las puertas de su panadería antes de las 6 de la madrugada, como cada mañana durante los 15 años con que ya cuenta su tradicional comercio en la localidad de Dalmacio Vélez. Y se dedicó a hornear las facturas.
Pero esa jornada se iba a salir abruptamente de la rutina. Un asaltante se llevó los primeros pesos apuntando un arma a la cabeza del comerciante: "Uno ya sabe que un día le a va a pasar. Es como que lo esperás", dijo a EL DIARIO la propia víctima.
La panadería "Los Rodríguez" está ubicada sobre la ruta nacional 158, es atendida por toda la familia y conocida hasta en la región, porque "queda al paso". "Temprano pasan los camioneros y recién se iban unos pibes que trabajan en la planta seleccionadora. Me fui al costado, casi detrás del horno para seguir la tarea y escuché la puerta, pero no vi que entrara nadie (no se ve la puerta por completo y también una heladera tapa la visión), entonces me acerqué y cuando llegué a la altura de la puerta ya me estaba apuntando con el arma", narró Rodríguez, que en el momento del hecho se encontraba solo.

"Muy nervioso"

Agregó que "era joven, de menos de 20 años, con una capucha que casi no dejaba ver el rostro. Enseguida, muy apurado y más nervioso que yo, hasta temblando, me pidió la plata, que abriera la caja, que quería la plata". "Se sentó al lado de la ventana mientras me apuntaba y como si fuera novato, muy nervioso, miraba mucho para afuera. Pero no llegó nadie. En un descuido me le abalancé y forcejeamos, me pudo y sentí el caño frío en la cabeza", explicó Luis Rodríguez.
Y reflexionó: "Se que no debí hacerlo, pero fue una reacción del momento".
Luego contó que el asaltante "juntó cada billete y cada moneda, rápido, sin dejar nada pero lo que se caía lo dejaba. Me pidió que me tirara boca abajo y se fue, y cuando salí a la calle ya estaba a más de una cuadra", detalló el panadero.
En el mismo sentido, indicó que "lo vieron pasar en la estación de servicio (hoy Petrobrás ex YPF)".
"Yo enseguida di aviso a la Policía que lo comenzó a buscar y después vino a decirme que no había rastros, pero que tenían datos que corrió hacia la ruta provincial 6, en el acceso desde Ticino", comentó el comerciante asaltado.

Impotencia y resignación

Rodríguez aportó respecto al arma, que posiblemente se trate de un revólver calibre 38, aunque no estaba del todo seguro de ello, dado el shock que le produjo el hecho del que fue víctima.
Llamó la atención también que el joven salió corriendo, que nadie lo esperaba al menos cerca y recorrió en su huída no menos de seis cuadras, hasta perderse en la noche.
El panadero se lamenta por los alrededor de 300 pesos (recién empezaba la recaudación de la jornada y el cambio con que cuenta en el inicio) que le arrebataron de la caja, "pero lo que más me duele es la impotencia, no la guita".
Y se resigna: "Ya pasó el mal momento".