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“Se observa un casamiento entre el capitalismo salvaje y el comunismo de China”, indicó |
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“Las corporaciones están redefiniendo el mundo”, suelta con firmeza el militante y especialista sobre materia ambiental Jorge Eduardo Rulli ante los medios. El referente del Grupo de Reflexión Rural presentó ayer por la tarde el libro “Pueblos fumigados, los efectos de los plaguicidas en las regiones sojeras", en el Rectorado de la UNVM.
Horas antes de su disertación, Rulli desarrolló su polémica y lúcida postura ecologista ante la utilización desmesurada de productos químicos, la instalación real del monocultivo y la amenazante réplica de la lógica corporativa multinacional en el desarrollo biotecnológico nacional. Por otra parte, ofreció una lectura distinta e independiente de la puja entre el campo y el Gobierno en materia de retenciones.
@El monocultivo
A poco de comenzar, advirtió: “El panorama no es alentador”. “El avance del monocultivo en la región es un hecho. Paraguay está importando naranjas y nosotros vamos a importar leche y trigo”, puntualizó. Del mismo modo, indicó: “La calidad de lo que consumimos ha bajado muchísimo, hasta llegamos a usar saborizante de alfalfa para alimentar o engordar a nuestros animales. Y no me digan que los agroquímicos no contaminan a las ciudades, porque si se tiran tres millones de litros de agrotóxicos nos tiene que llegar igual. Como respuesta a eso hemos avanzado en crear cinturones frutihortícolas que rodean las ciudades, pero no alcanza. Estamos bañados en glifosato”.
@“Agricultura sin agricultores”
Tras solicitarle a la presidenta la intervención del Senasa, “por personas moralmente reconocidas, que no aprueben tóxicos sin leer siquiera lo que traen y que controlen y sancionen como tiene que ser”, denunció el uso perverso de los aviones fumigadores. “Los utilizan como armas. O fumigan sobre tierras con viveros orgánicos para que después los vendan o fumigan sobre poblaciones para que se vayan y ocupar ese territorio”. Sin tapujos, precisó: “Están proponiendo una agricultura sin agricultores. Es decir que quieren expulsar a los pobladores de las tierras y sumarlos a los cinturones pobres de las ciudades donde continúan sosteniéndolos con planes asistenciales y clientelares, en definitiva con corrupción”. A nivel global, apuntó su particular mirada: “Se está apreciando un casamiento entre el capitalismo salvaje y el comunismo rígido y autoritarista de China. Frente a eso tenemos que proponer un sistema de poblaciones autónomas pero con un Estado pequeño y eficaz. Aunque tenemos que observar el ejemplo de Bolivia para no cometer los errores que ha tenido el proceso político, con mucha atomización de fuerzas”.
@“El discurso del campo a veces es justo pero agresivo”
“Las elites científicas de nuestro país reproducen lógicas de biotecnología de las corporaciones, vendiéndoles agrotóxicos y transgénicos a países más pobres que nosotros”, lanzó Rulli. “Mientras que a nivel mundial están a un paso de reconocer una locura, que la siembra directa sea un ‘factor beneficioso’ del cambio climático, acá nos conformamos con que aparezca la palabrita ‘nacional’ ante las cosas que producimos. Y hablamos de intelectuales de izquierda, progresistas. De esta manera podemos estar haciendo el juego a Monsanto”.
Campo y Gobierno. “El campo, aunque algún sector tenga un discurso justo es muy agresivo. También hay que decir que el hombre de campo tampoco se atreve a cuestionar al intermediario, al acopiador que es quien le carga las retenciones. Y el Gobierno, en tanto, se une con los poderosos (mediante subsidios) y sacrifica a los más chicos”.
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