|
|
|
|
|
|
|
Cerro Negro. Una propuesta, un desafío... y mucha historia |
|
|
|
|
|
Ubicado en el límite entre los departamentos Calamuchita y San Javier, se encuentra cerro Negro. Está en la misma cadena donde se encuentran otros bellos cerros como el Champaquí, La Ventana o Los Linderos. Pero no solamente es naturaleza esta parte de la provincia. Más bien, fue testigo de un tramo importante de la historia mundial
Escribe:
Juan José Coronell
Especial para EL DIARIO
Mientras todo permitía pensar que este pueblo sería por estos días ruinas nada más, sin otro futuro que los atardeceres de la soledad, el presente le da una oportunidad de renacer. De volver a ser el que comenzó como el sueño de un grupo de anarquistas españoles llegados a la Argentina hace más de 60 años.
Empezó como una aventura de dos hombres y una mujer: Diego Abad de Santillán, su hermana Julia García, y el marido de ella, Jaime Moragues. El primero de ellos, Santillán, como prefería que lo llamaran, era en verdad Sinesio Baudilio García, y se había inventado el apodo en España, en la clandestinidad de la lucha contra el franquismo.
Anarquista profundo, de convicciones inclaudicables, traía a la rastra la historia apasionada, heroica y trágica de la Guerra Civil Española, donde había llevado una vida de militancia, combates y cárceles.
Ya en 1939, tras la derrota de los republicanos a mano de los nacionales franquistas, Diego Abad de Santillán se exilió en Francia durante dos años y, a fines de 1942, vendría a la Argentina, que era como su segunda patria, donde desarrollaría su actividad intelectual como historiador del movimiento obrero.
Fue entonces cuando, durante un viaje a Córdoba con un grupo de camaradas, descubrió cerro Negro y empezó a tener su sueño libertario para ese rincón de las sierras.
El pueblo
y su naturaleza
Con la compañía de los cerros nombrados, posee una singular belleza paisajística. Cuenta también con una vista excepcional, desde donde se aprecian los valles de Traslasierra hacia un lado, y los de Calamuchita hacia el otro.
De lejos parece más lejano que el Champaquí, aun cuando posee menos metros de altura, pero no por eso deja de dividir las cadenas montañosas de Córdoba. Ya que al norte cruza lo que es el cordón de las sierras de Achala y al sur el de las sierras de Los Comechingones.
El pueblo que es
Hoy en día y luego de un progreso fallido, cerro Negro no es lo que sus fundadores soñaron.
Pero más allá de haberse ido despoblando y de convertirse en un pueblo fantasma, este lugar a los pies del vecino cerro Champaquí, ofrece la suerte de encontrarlo en el mapa y poder emprender la aventura de disfrutar de sus paisajes y de saber valorar la vida de sus pocos pobladores.
Con caminos difíciles para los colectivos -servicios que no están a la orden, precisamente- y a pesar de todo, cerro Negro y sus paisajes representan una posibilidad para aquellos que sueñan con aventuras nuevas dentro de nuestra querida provincia de Córdoba.
La excursión para personas con experiencia en montañismo o en muy buen estado físico, es la opción valedera. Así, comienza la travesía similar al del cerro La Ventana hasta los Ramplones. A partir de allí, por el cordón norte del cerro Negro siguiendo en subida hasta el lugar denominado “La Pared”, donde comienza un ascenso abrupto y dificultoso, al final del cual se aprecia una excelente vista del valle de San Javier, llegando a 2.520 metros sobre el nivel del mar. Ese es el límite.
Aunque parezca y sea complicado, el mérito de llegar a la cima es el mejor regalo que uno se puede hacer, además de poder estar, disfrutar y ser parte de un lugar tan cordobés como desconocido.
Un lugar de los tantos que la provincia espera mostrar. Una cuna de ideas anarquistas, que de tanta libertad andan sueltas y nadie puede atrapar.
Otras notas de la seccion El Diario Viajero
Una alternativa a Puerto Madryn
Lo árido y lo verde haciendo magia
Mortadela estaba el mar
La gran maravilla de Oceanía
Ver, sentir y admirar
|