Según dijeron los vecinos, hacía desde las 11 de la mañana de ayer que un cable colgaba sobre la calle Deán Funes a la altura de Jorge Falcón, donde es ruta obligada de camiones.
Ya se habían realizado varios llamados advirtiendo de lo ocurrido a distintas oficinas públicas. El último llamado se hizo aproximadamente a las 13 a la Oficina de Atención al Vecino, donde atendió un contestador automático. También se comunicaron con la Guardia de Seguridad Ciudadana, pero nadie apareció.
A eso de las 15, un enorme camión, aparentemente brasileño, atravesó la calle, enganchó el cable, arrastró un palo de la luz y uno de teléfono y quebró otros dos. No se detuvo a ver qué pasaba pese a los ruidos y la explosión causados por el accidente.
Uno de los postes rompió un portón, un toldo y un vidrio de la ventana de la cocina de la casa de Ramón y Marta Amaya, quienes dormían plácidamente la siesta. Despertaron sobresaltados.
Afortunadamente, no hubo que lamentar heridos, pero los daños materiales fueron importantes, tanto en la vía pública como en la casa de la familia Amaya.
El sector estuvo sin luz hasta alrededor de las 19.30.
El personal de EPEC trabajó rápida y eficientemente, según el relato de los propios vecinos, para restituir la energía eléctrica.
La pregunta es: ¿quién corre con el costo de los daños sufrido por los Amaya?