Es imprescindible, en este tipo de análisis, contar con un esquema referencial histórico toda vez que, para llegar al presente, la Argentina pasó por situaciones de crisis, de crecimiento, de empuje y de desarrollo.
@Primer modelo: agroexportador
Creo que el esquema histórico referido a la industria en la Argentina se puede plantear de la siguiente manera: el primer nivel es el agroexportador, con leve industrialización en el país.
Esta primera parte o nivel inicial del desarrollo industrial en la Argentina comenzó en 1880 cuando el país unificado y una clase dirigente, y una polémica parlamentaria estupenda, decidieron emprender una ruta económica en una determinada dirección: la agroexportadora.
El barco frigorífico, que se inventó en 1870, posibilitó que la Argentina se lance al mundo, conquiste mercados, mejore las razas vacunas, mejoren todos los stocks y comiencen a entrar capitales al país.
En tanto, en el mundo ya había habido una industrialización intensiva. El último país que recibió una ola de industrialización fue Rusia con capitales alemanes y esto fue en las tres últimas décadas del siglo XIX.
Es decir, nosotros entramos en el concepto de industrialización de manera muy tardía y periférica.
En conclusión, el primer nivel se desarrolló desde 1880 hasta el crack financiero de 1929, tiempo en el que el mundo estaba atado fundamentalmente a la libra esterlina y al poderío militar y naviero inglés.
Fue entonces que, en la Argentina, ingresaron fundamentalmente capitales ingleses, capitales franceses (que participaron del ferrocarril) y capitales alemanes.
El desarrollo industrial comenzó con Pymes, aunque las Pymes industriales participaron con timidez en este modelo.
@Segundo modelo: mercado interno
El segundo nivel fue el del mercado interno y la globalización.
Se desarrolló desde 1930 -golpe militar a Hipólito Yrigoyen, entrada del poder militar y década infame- hasta 1978, aproximadamente.
Ya instalado el Gobierno militar, este período estuvo signado fundamentalmente por el dominio de los Estados Unidos en los mercados internacionales.
Es el tiempo en el que la presencia del dólar remplazó a la libra esterlina y se puso en marcha una industria dedicada principalmente a la sustitución de importaciones.
Los sectores que caracterizan este período fueron: automotores, metalmecánica, químicos, una particular presencia de la empresa pública y muchas filiales de capitales extranjeros.
Otro golpe militar, el del ´76, fue sin embargo aniquilador de un proyecto mercado-internista.
El mismo se basaba esencialmente en respaldar desde el Estado todas las iniciativas posibles para dotar al país de una infraestructura industrial poderosa.
@Tercer modelo: aperturismo sin control
Finalmente, el tercer nivel fue el del aperturismo con reestructuración, que se desarrolló desde 1979 hasta 1990.
Fue fundamentalmente de apertura comercial y financiera. Aquí lo que primó fue precisamente la idea de que la Argentina se debía abrir a cualquier capital que viniera, sin ningún tipo de control, con libre albedrío -para abrir un banco, por ejemplo- a la vez que cobró dimensión la concepción que va a predominar también en otro momento, cual es la de la "plata dulce".
Es decir, la tablita cambiaria facilitó un modelo de especulación que cortó aquella vieja economía signada por la participación fundamental del Estado.
Esto estuvo asentado esencialmente en los sectores del acero, del aluminio, de la petroquímica, del papel, de los aceites vegetales y de las Pymes, muy dirigidos a la exportación.
@Tres figuras, tres proyectos
En la historia del proceso de industrialización de la Argentina hubo tres figuras sobresalientes. Figuras que tuvieron muy en claro que la Argentina no podía estar pendiente de su relación con el mundo, que debía pensar en el autoabastecimiento, en la sustitución; y, después de ellos, nunca más alguien tuvo una idea clara respecto de cuál era el papel de la industria en la Argentina.
En primer lugar, corresponde mencionar a un conservador como el ministro Federico Pinedo.
En 1939, en vísperas de la Segunda Guerra Mundial, Pinedo, que se había formado en el socialismo y en el marxismo y que luego entró, a través del socialismo independiente, en el gobierno -sobre todo en el de Justo- advirtió que era necesario que el Estado participe activamente porque se avecinaba la segunda conflagración mundial y la Argentina no podía estar en condiciones de fragilidad ante el mundo.
El segundo gran líder en materia de concepción industrialista fue Juan Domingo Perón, ayudado por líderes militares que también tenían muy en claro la importancia del mercado interno y la sustitución de importaciones, y entre quienes deben mencionarse a Mosconi, en materia de petróleo, a Savio en materia de acero, y al brigadier San Martín, en materia aeronáutica.
El tercer líder, con ideas claras de un modelo económico de intensa productividad fue, sin dudas, Arturo Frondizi.
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