Eduardo Buzzi, presidente de la Federación Agraria Argentina, estuvo al frente de la asamblea realizada ayer en la carpa de los productores, que fue impulsada por trabajadores rurales de Villa María.
La concentración de gente empezó cuando con algunos percances, llegó el toro inflable que pusieron en el ingreso a la carpa.
En la asamblea, el dirigente federado habló del escenario actual y centró sus expectativas en lo que se resuelva hoy para la lechería, en la reunión que mantendrá el secretario de Agricultura de la Nación, Carlos Cheppi, con la Mesa Nacional.
“Si nos vienen con un acuerdo de dos meses, es como tener el mismo perro con distinto collar... Si en cambio proponen una alternativa real para el sector y a largo plazo, entenderemos que es una señal de que el Gobierno está buscando soluciones”.
Dijo que si “se da esa señal positiva” pasará lo mismo con la ganadería y entonces coincide con el vicepresidente de la Nación, Julio Cobos -estará hoy en AgroActiva- quien pidió “paciencia” a los productores. “Si en cambio no hay señales positivas, creo que estamos a las puertas de una protesta nacional agropecuaria”, indicó.
Entiende que el mensaje más importante que dejó el conflicto es que la movilización “trae soluciones” y por eso instó a los productores a que sigan protagonizando los cambios. “Tenemos que retomar la presencia en el Congreso, porque ahí están dormidos los proyectos para segmentar las retenciones según el tamaño de la producción, el de emergencia y el de arrendamiento”, indicó.
Al trazar su visión del actual estado de cosas, recordó que el conflicto excedió la Resolución 125. “Lo dijimos antes que se cayera. El problema real es que entre lo que recibe el productor y lo que paga el consumidor, hay gente que se queda con una gran diferencia. Esto se resolverá cuando dejen de ganar esos intermediarios de la cadena que no son otros que los amigos de (Guillermo) Moreno”.
Y dio como ejemplo, nuevamente, el caso de la lechería. “Hay dos industrias amigas del Gobierno que se benefician con este modelo, y las Pymes como la Cooperativa de Arroyo Cabral y la de James Craik, por dar algunos ejemplos, tienen que salir a competir con esas industrias beneficiadas”, agregó.
Buzzi enumeró lo conseguido después de meses de protesta. “En primer lugar, logramos que investiguen a los grandes exportadores y en segundo lugar, pudimos superar diferencias e instalamos la comisión de Enlace como organización que llegó para quedarse. Así es como vamos a seguir adelante reclamando por el país federal y equitativo que soñamos todos”.
Finalmente, arriesgó una propuesta que todavía no fue consensuada en la comisión. “Tenemos que reunirnos con la industria para reclamar un tipo de cambio competitivo, y eso significa que gradualmente tengamos un dólar a 3,50 pesos o si no, buscar alternativas como rebajas impositivas, porque detrás de todo esto hay 150 mil puestos de trabajo en la agroindustria”, concluyó.
En la asamblea hablaron Néstor Roulet, vicepresidente de CRA; Jorge Cervini, de los autoconvocados del Sur de Córdoba y el vicepresidente de FAA, Ulises Forte.

Buzzi

Buzzi dijo a EL DIARIO RURAL que hasta ahora, el secretario de Agricultura Carlos Cheppi “no ha encontrado el espacio político para dar soluciones”.
“A Cheppi no se le puede explicar que el fuego quema y que el agua moja. El tiene condiciones técnicas y sabe el problema del campo. Pero la cuestión es que el que más influye en las decisiones de la presidenta es Guillermo Moreno, quien tiene una política a todas luces equivocada”, dijo.
Buzzi fue un hombre que confió en el kirchnerismo y hoy se muestra como el más decepcionado. “Claro que estoy decepcionado, porque no hay peor astilla que la del mismo palo”, aseveró, al declarar su condición de justicialista y hombre que tuvo esperanzas en la política del Gobierno nacional en el año 2003.

Roulet

En diálogo con EL DIARIO RURAL, Néstor Roulet dijo que el problema es que “la política agropecuaria la manejan desde la secretaría de Comercio Interior y allí parten de una hipótesis equivocada. Ellos dicen que si el novillo está barato, va a estar barato en góndola y está comprobado que no es así, porque en el año 2005 lo cobrábamos 3,50 y hoy percibimos 3 pesos y sin embargo, en la góndola aumentó un 200%. Lo mismo pasa con el trigo y la leche”, advirtió.
Entiende que sin ir más lejos, hay que ver la política agropecuaria de los uruguayos. “Ellos pueden vender la carne barata para los uruguayos porque la que exportan está cara”, indicó.
“Basta de subsidios y compensaciones. Nosotros queremos producir y que los alimentos estén a un precio accesible para los consumidores”, concluyó el dirigente ruralista.