La EMRE (Empresa Modelo Reciclado) planea implementar un nuevo sistema de tratamiento de basura para generar electricidad, lo que le daría una vida eterna al predio al que van a parar los desperdicios de la ciudad.
Así lo reveló Roberto Giancristiano, uno de los socios de la firma, al dialogar con EL DIARIO en un hotel céntrico.
El titular de la empresa indicó que en los próximos meses viajará a Italia o Alemania en el marco de las gestiones para conseguir el nuevo sistema, que “se viene utilizando desde hace años en España, Italia...”.
Según expresó, el intendente villamariense Eduardo Accastello “está muy interesado en esto”.
“Estamos en la pelea de contar con esto, es un sistema muy caro, debemos adquirir la patente. Es una inversión muy grande y estamos buscando a gente de Italia”, puntualizó. Ante la pregunta, indicó que la inversión orillará los 100 millones de pesos.
“A fin de año viajo para ver la planta de ellos. Para nosotros representaría un salto cualitativo muy grande, porque el predio duraría así para toda la vida”, expresó.
Como se sabe, los predios “envejecen” y al local le queda 18 años de vida. Si se implementa el sistema que se está analizando, será eterno.
“Ellos vieron posible que se ejecute acá, en una visita realizada en marzo y le dieron factibilidad hace 30 días. Nosotros hemos dado el primer paso”, comentó Giancristiano.

Cien toneladas diarias

Villa María produce cien toneladas diarias de basura. El entrevistado recalcó que la empresa logró “un vertedero controlado” y recordó que “a principios de año comenzamos con el tratamiento del residuo patológico; ésta es la única planta en Córdoba con este sistema, que es del Primer Mundo: en vez de incinerarla, tratamos a la basura por autoclave, lo que no contamina el ambiente”.
“Villa María es uno de los pocos lugares de Córdoba que hace las cosas como tiene que hacerlas”, sostuvo.
El predio cuenta con 36 hectáreas, en las cuales trabajan 18 personas, además de los integrantes de la Cooperativa 7 de Febrero.
Uno de los principales inconvenientes actuales se da porque la población no separa la basura, “con lo que la clasificación, a pesar del trabajo que realizan en la cooperativa, se hace más difícil”. Abundó en el tema al contar que “vienen muchas botellas, muchas de las cuales llegan cerradas, entonces la máquina que presiona sobre la basura no logra romperla, y se hace un colchón”.
En ese sentido, reveló que la última cava debería haberse comenzado este mes pero debieron construirla en julio.
Sobre los controles, aseveró que la Agencia Córdoba Ambiente los monitorea de manera sorpresiva. “Cuando empezamos con el patógeno nos visitaron cuatro días consecutivos”.
“A veces nos piden cambios, pero desde hace un tiempo, en lo que se refiere a residuos sólidos urbanos, está todo bien, como ellos quieren.”
“No tenemos observaciones”, concluyó.