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Con sendas conquistas de su máximo goleador, Carlos Herrera, Alumni le ganó ayer en Plaza Ocampo a Racing de Córdoba, en el clásico del domingo. En la otra foto, Román Strada se apresta a dejar atrás a Hernán Fernández |
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Escribe: Juan Manuel Gorno
Hacía rato que la gente no gritaba tanto en Plaza Ocampo. Pasó mucho tiempo desde que Alumni no jugaba tan bien. Habría que remontarse a meses para encontrar una victoria por demás convincente contra Racing de Córdoba... El recuerdo ya era una pesada mochila que ayer, finalmente, se dejó en el piso para dar un salto de calidad por demás esperado.
Con ese panorama, sobran los motivos para remarcar la significancia de la victoria (2-0) que logró el equipo dirigido por Rubén Agüero. Y esto sin resaltar que permitió alcanzar a la “academia” cordobesa en la tabla de posiciones y sumar por primera vez tres puntos en la Zona 3 del actual Argentino A.
Lo llamativo es que, más allá de los pronósticos y los antecedentes de cada uno, el resultado se quedó corto porque Alumni hasta pudo haber goleado y nadie lo hubiese cuestionado.
En el balance general de los 90 minutos, fue tanta la superioridad del equipo villamariense que Racing, herido en su orgullo, hubiese preferido que el partido terminara antes.
No era para menos. Al técnico Carlos Ranalli se le habían quemado los libros en la propuesta del inicio y, cuando se dio cuenta para remendar su error, Alumni ya tenía todo controlado.
Fue en el primer tiempo cuando se evidenció que los planteos de unos y otros tenían un viento a favor del elenco villamariense.
La línea de tres lenta que se paró en el fondo de la “academia” resultó frágil para los tres atacantes del “fortinero”, que casi siempre le buscaron el mano a mano para ganar en gambeta y rapidez. Encima, si dentro de esa propuesta, existe un jugador de velocidad supersónica como Román Strada, vale tomar recaudos. Y Racing tardó en tomarlos.
Así, a los 3 minutos, el ex delantero de Matienzo de Monte Buey envió un aviso cuando se escapó por su sector (el izquierdo) y remató apenas desviado.
Por entonces Racing se mostraba tranquilo y, pese a la participación de Mauro Velárdez, buscaba la presencia de Eduardo Sosa, quien respondió con un tiro por encima del travesaño, después de enganchar dos veces dentro del área.
Sin embargo, desde el otro sector, cada avance hacia el arco de Rubén Del Olmo tenía peligro de gol. Por eso, ante la desesperación, Fernández bajó a Carlos Herrera en el área sobre los 15 minutos y el árbitro David Bresler cobró penal.
“Falucho” falló desde los doce pasos y el arquero tapó abajo, pero el rebote fue nuevamente capturado por el delantero y Alumni, tras un toque cruzado, se puso 1 a 0 arriba.
Racing no tuvo tiempo de reaccionar porque la defensa local no volvió a dejar espacios, ajustó las marcas y encontró rápido las réplicas con pelotazos cruzados hacia las corridas de sus veloces de arriba.
En una de tantas, Juan Bueno llegó hasta el fondo por derecha y envió el centro al segundo palo donde Herrera, solo, empujó a la red para el 2 a 0.
Recién a partir de allí se vio algo del visitante, con Adrián Avalos pidiendo la pelota y un despertar tímido de Velardez, quien llegó al gol, pero no lo pudo festejar por encontrarse en posición adelantada.
Alumni, no obstante, se las arreglaba con más verticalidad, sin demasiadas vueltas.
Claro que Agüero tuvo en cuenta que el equipo necesitaba una pausa y, para el segundo tiempo, mandó a tener la pelota y asegurarla con traslado pulcro. Y en ese aspecto, cambiaron las figuras.
Salió Herrera (con un golpe), ingresó al medio Sebastián Godoy y el resto de los volantes la rompieron por quite y distribución. De hecho, pareció que Leonardo López, quien apenas lleva dos partidos jugados con la casaca roja y blanca, estuviese de toda una vida.
Racing no pudo revertir el marcador porque nunca encontró el circuito de juego esperado, ni siquiera con los cambios de nombres y posicionales (Fernández, mareado por Strada en el primer tiempo, pasó de líbero para dejarle “el problema” a López).
Velardez pasó desapercibido y la impotencia de la “academia” provocó que tipos como Marcelo Bergese retrocedieran hasta mitad de cancha para pegarle de atrás a un rival.
Apenas se le puede contabilizar al visitante una proyección de Rolando Pugliese, por izquierda, que terminó con Marcelo Berardo desviando el disparo al corner.
El caso es que Alumni casi golea sobre el final, con dos piques tremendos de Strada que terminaron con la pifia y el yerro de Matías Bolatti y Juan Bueno, respectivamente.
Por esos momentos los hinchas fortineros ya tenían instalada la fiesta en las tribunas, con cánticos varios, gastadas al rival y aplausos al equipo... Un ritual que se extrañaba.
La figura
Román Strada fue el gran dolor de cabeza para toda la defensa de Racing, mientras Carlos Herrera resultó más determinante. También se destacó Juan Bueno. Y en el segundo tiempo, los volantes de Alumni fueron de lo mejor.
El árbitro
David Bresler no tuvo un partido caliente y lo supo sobrellevar. Se equivocó un par de veces, ya que debió amonestar a Leonardo López por una mano intencional y echar a Bergese por una fuerte infracción desde atrás. Igual, el arbitraje no influyó en el resultado. Aceptable.
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