“Pasan los años, los días, las horas, las autoridades, los discursos, las explicaciones; pasa el tiempo y las 36 viviendas (de barrio La Floresta) siguen como siempre, en el abandono absoluto.
Aunque todo pase y esta carta suene a noticia repetida, nuestra protesta y bronca tiene que ver con familias concretas y reales a las que se les está haciendo pesado pagar un alquiler. Muchos de nosotros vivimos amontonados en la casa de algún familiar, o bien vivimos de ‘prestado’, y seguramente a más de un lector le debe pasar lo mismo.
Tuvimos la suerte de ser adjudicados allá por 2004 y desde esa posición hoy vemos cómo nuestras casas, parte de nuestros sueños, se destruyen o son aguantaderos nocturnos.
Desde hace unos cuantos meses venimos exigiendo la culminación de esta obra. En febrero, el ex intendente Marcelo Frossasco ofreció sus ‘buenos oficios’ de legislador, para concertar una audiencia con el director de Vivienda y el secretario privado del ministro de Obras Públicas Hugo Testa. Esta propuesta fue rechazada por la mayoría de los vecinos en asamblea por considerarla ineficaz y porque sólo íbamos a recibir promesas, cosa que quedó demostrada ante el cambio de director del IPV (Instituto Provincial de Vivienda) al mes siguiente. Ese cambio implicó remover expedientes y que este nuevo funcionario se pusiera al tanto del plan habitacional que desconocía.
Parece que recurrir a los medios de comunicación da sus frutos. Cuando uno golpea y golpea y se cansa de golpear puertas y no se abren, tan sólo una simple nota desencadena un sinnúmero de dimes y diretes. A ninguno de nosotros nos gusta exponernos públicamente ya que no perseguimos fines políticos ni le debemos nada a nadie... reclamamos nuestra casa y si ponemos nombres y apellidos es porque nos bancamos mutuamente, porque estamos persiguiendo un reclamo que es justo.
Si el legislador Frossasco está harto de que lo critiquen, imagínense cómo podemos estar nosotros. Lo más triste de todo es que estamos hartos de que nos trate de amedrentar con acciones legales, parece ser el caballito de batalla de quien ejerce el poder. Si se nos lleva a Tribunales por reclamar lo que nos corresponde sin injuriar ni agredir, o si nos tienen que pintar los dedos, si todo esto vale nuestro techo, aceptamos el rigor de la ley ¿Qué nos van a quitar? ¿Una casa o un sitio que no tenemos? ¿El buen nombre y apellido que llevamos? En la provincia debemos ser las únicas personas que al protestar tienen como respuestas una citación policial o un aviso de pronta demanda judicial. ¿Qué se esconde detrás de esta historia? ¿Tan agresivos somos? No cortamos cables, no tiramos piedras, no ponemos en riesgo la integridad física de nadie, no amenazamos, no somos matones, no cortamos calles. Somos un par de familias con hijos y montón de necesidades ¿qué más podemos agregar?
No debemos olvidar que el legislador proviene de una familia trabajadora que fue bendecida con una casa de barrio. El, más que nadie, debería interpretar lo que nos pasa y lo que sentimos. Le recordamos además que en la nota de EL DIARIO del pasado 13 de agosto exigíamos gestiones y no las explicaciones de casete que ya conocemos a la perfección. Es cierto que sabemos dónde vive, su teléfono y su buena voluntad, pero estuvimos esperándolo siete meses para ver si existía algún avance en este tema. No es un problema sólo de Guillermo Cavagnero, como usted lo insinuó en la nota, es un problema que también le pertenece por ser de Villa Nueva, por ser ex intendente, por ser legislador.
Muchos adjudicatarios piden que se entreguen las casitas en las condiciones en que están y frenar la destrucción que vienen sufriendo por el paso del tiempo. Existe un abanico de propuestas por parte de varios frentistas para ser llevados al IPV, las cuales también pondremos a consideración del intendente y así dar una salida definitiva a este problema que por ahora parece eterno.”

Eduardo Villada, Luciano Pereyra, Mauricio
Rodríguez, Paola Castro y
Domingo Medina