No sabemos exactamente qué fue lo que Guille le hizo a Justi, pero está claro que el hombre le puso el pecho a la situación y fue por la reivindicación de una manera impactante.
“Justi, no me va a alcanzar la vida para disculparme no haberte hecho cada instante la mujer más feliz del mundo. Te amo. Guille”. Esa es la leyenda que muestra el más costoso de los carteles de una de las esquinas del microcentro de la Villa, el que se encuentra sobre la ochava del paredón de la cochera ubicada en el lugar, frente a la sucursal del Banco de Córdoba.
Pero, por si eso fuera poco, Guille empapeló los postes y el mobiliario urbano del sector para reafirmar sus sentimientos. “Justi, te amo con todo mi corazón. Guille”, dice el afiche. No se salvaron los postes ni las cajas de la EPEC, a pesar de la leyenda de “Prohibido fijar carteles” (tirón de orejas por ello para el enamorado).
De aquellos tímidos mensajes escritos sobre los pupitres, de los gaffitis que con aerosol remarcaron un “Te amo” sobre los muros y el pavimento, de los saludos en la sección de Sociales de EL DIARIO... a este amor “marketinero” pero igualmente profundo, de un tipo que también viene a ofrecer su corazón. ¿Quién dijo que todo está perdido, Guille? ¡Vamos todavía! Seguro que la Justi se lo va a pensar.

Chinato Garda