∑Leonera

"¿Qué nuevo cine argentino?", se preguntaba Adolfo Aristarain en un reciente reportaje, sangrando por la herida. El desplazamiento de directores pos-dictadura por una nueva camada, hacía mella en conocidos valores como: Olivera, Doria, Subiela y el propio Adolfo, dejando de lado a Pino Solanas ya que su cine es netamente político y a Leonardo Favio, el único consagrado viviente de la cinematografía nacional.
Es así que con "Rapado" y "Picado fino", entre otras, comienza un nuevo espacio, una nueva forma de narrar, alejándose de lo explícito con mucahitos: Alonso, Caetano, Martel, Burman, Sorín, con más veracidad que realismo - a la movida se la llamó neo realismo- donde la postura estética es no aleccionar, más bien contar una historia intimista donde la contextualización político-social esté fuertemente sostenida por la misma trama y una cámara que no se excede ni enjuicia.
Pablo Trapero es uno de los niños prodigios del nuevo cine argentino, su primer filme "Mundo grúa" (después de "Pizza birra y faso", de Caetano- Stagnaro), fue otro escalón más para seguir creciendo. La crítica resalta que "Leonera" es la segunda mejor película de sus cinco filmes, (El bonaerense, Familia rodante y Nacido y criado).
“Leonera” es una película alejada de los reiterados filmes carcelarios de mujeres. Su protagonista, Julia Zárate (pareja de Trapero), se despierta después de un confuso episodio, en medio de dos cuerpos ensangrentados. Luego es derivada a la Unidad Penitenciaria 31 de Ezeiza, donde se alojan las mujeres embarazadas. Dos personajes se incorporan a su vida: uno es Marta (Lola García) una compañera de reclusión que ya ha criado dos hijos adentro de la cárcel y se convierte en guía y consejera. El otro es Sofía (Eli Medeiro), su madre, algo ambigua, con quien se reencuentra después de muchos años. En un escenario social desconocido, Julia deberá sobreponerse, establecer otros vínculos y tratar de criar a su hijo Tomás lo mejor posible.