|
|
|
|
|
|
|
El gerente de Pardo narró a EL DIARIO por menores de lo ocurrido - Frente de la sucursal local de la empresa damnificada, ubicada sobre bulevar Alvear |
|
|
|
|
|
A las 5 de la madrugada de ayer, un estampido cortó el aire frío y somnoliento que envolvía la zona de la Estación Terminal de Omnibus. Los remiseros que esperaban, adormecidos dentro de sus móviles, algún pasajero recién llegado a Villa María, abrieron los ojos sobresaltados.
Parecía el sonido de un disparo, pero no lo era. Así suena una puerta de blindex cuando estalla tras haber recibido el impacto de un elemento contundente. Así sonó la abertura derecha del local de la cadena Pardo; una placa de vidrio de un centímetro de espesor.
“Deben haberle pegado con una barreta o un martillo. No había restos de ladrillo ni mosaicos en el suelo. Sólo los vidrios esparcidos. Tampoco había gotas de sangre en el piso, por lo que ninguno se lastimó”, expresó Charles Henre, gerente de la representación local de la firma.
Inmediatamente, sonó la alarma que está conectada con la Policía y con la casa del mismo gerente.
“Cinco minutos después, estábamos el CAP (Comando de Acción Preventiva) y yo. Pero ya no había nadie en el lugar. En ese tiempo, ingresaron al local, rompieron dos vitrinas, una ubicada frente a la puerta de acceso y la otra a la izquierda del salón y se llevaron celulares y noteboocks”, explicó Henre.
En cuanto al monto de lo sustraído, el titular local de la firma manifestó que aún no había hecho un inventario exhaustivo de lo perdido pero estimó que los ladrones se llevaron mercadería por “no menos de 50 mil pesos”.
Los amigos de lo ajeno se apoderaron de cuatro notebooks, una noteboock y por lo menos unos 50 teléfonos celulares entre que había de distintos precios, que oscilan entre los 50 y los 3.000 pesos de costo.
Tres rateros
expertos
Según sospechan los investigadores y el propio gerente de Pardo “deben haber sido al menos tres: uno esperando afuera en un vehículo (una moto o un auto) y dos dentro del local; uno en cada vitrina. Son expertos en este tipo de robos: entran, rompen, embolsan lo que más pueden y se van. Y no discriminan lo que llevan; no tienen tiempo de hacerlo. Cargan lo que tienen más a mano en el tiempo que les da la alarma. Lo tienen perfectamente cronometrado. Son rateros, pero expertos”, explicó Henre, quien conoce muy bien este tipo de hechos delictivos porque antes fue gerente de otra firma comercial del mismo rubro, que padeció en varias ocasiones el embate de los delincuentes.
Chico, caro y
fácil de vender
Este tipo de robo exprés se caracteriza, entre otros detalles, en que el botín seleccionado en pocos minutos por lo ladrones observa características puntuales, muy bien definidas.
“Buscan todo lo que es tecnología. Es chico, de valor, fácil de cargar y fácil de vender”, explicó Henre.
Sabido es que existe un importante mercado negro en el que se trafica con elementos robados, nuevos, a muy bajo costo. Fundamentalmente, los teléfonos celulares.
Es de suponer que ya anoche, quienes hayan perpetrado el robo a Pardo, ya había reducido el botín, o al menos una importante parte de él.
Nadie vio nada
Nadio vio nada. El nuevo bar comedor de la terminal queda a escasos 40 metros del local donde se perpetró el robo. A la misma distancia hay dos paradas de remises; una al costado y la otra enfrente. Y unos metros más allá, el Automóvil Club Argentino. Y nadie vio nada ni tiene datos para aportar.
“Creo que la gente no se quiere involucrar. Tienen miedo”, se lamentó Charles Henre.
"Buscan todo lo que es tecnología. Es chico, de valor, fácil de cargar y fácil de vender”
Otras notas de la seccion Policiales/Judiciales
Tres personas heridas de gravedad
Robo en un comercio
Operaron a Maximiliano y continúa en terapia
Incautan arma de fuego y recuperan herramientas
Dos nuevos testigos en un proceso por abuso sexual
|