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“Carola” Forcat (sentada) y “Celeste” Cabrera (detrás de ella, a la derecha) denunciaron que fueron golpeadas por la Policía. Junto a ellas, “Jenifer” Astargo y el resto de las travestis |
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Un grupo de travestis denunció ayer que fueron víctimas de maltrato policial y acusaron puntualmente a cuatro efectivos del Comando de Acción Preventiva (CAP) de haber golpeado a dos de ellas, en medio de un incidente registrado a media tarde frente a un inquilinato ubicado en pleno centro de Villa María.
Aún con marcas en los brazos, “Carola” Forcat relató en la Redacción de EL DIARIO que los uniformados la esposaron luego de sujetarla con inusitada violencia, y una vez en la Comisaría de Distrito iniciaron actuaciones contravencionales en su contra por presunto “desorden en la vía pública”.
Otra lesionada
Pero no sólo Forcat resultó lesionada en el procedimiento policial. También fue golpeada en el rostro y el cuello “Celeste” Cabrera, quien no fue detenida porque el resto de sus amigas intercedió, evitando que los efectivos se la llevaran cuando salieron raudamente del lugar.
En rigor de verdad, todo comenzó poco después de las 15.30, cuando Forcat (oriunda de Buenos Aires, pero que habitualmente viaja a esta ciudad) y su amiga “Jenifer” Astargo caminaban por calle Entre Ríos, casi esquina Hipólito Yrigoyen.
Un arrebato y...
A poco de llegar al Banco de Galicia, la primera de las travestis fue víctima de un hurto. Un sujeto de unos 35 años le arrebató el celular que llevaba en la cintura (un Nokia N91 valuado en 1.000 pesos) y escapó corriendo por la avenida Yrigoyen hacia calle Mendoza.
Ante la desesperación por lo sucedido y en un acto impulsivo, Forcat tomó un balde de plástico que había en el suelo -que contenía un poco de pintura- y se lo arrojó al delincuente. Ocurre que frente al Banco había dos hombres realizando tareas de repintado, y tenían en el lugar diferentes elementos de trabajo.
De acuerdo con el relato de Forcat y Astargo, cuando ellas iban entrando al inquilinato ubicado en Yrigoyen al 260 (al lado del pub Mundo, donde viven la mayoría de las travestis), llegó uno de los pintores a bordo de un automóvil, se bajó, sacó una llave cruz y le recriminó a “Carola” por qué le había sacado el balde de pintura.
Se generó una discusión entre los tres, pero Forcat y Astargo ingresaron al viejo edificio. Al parecer, en esas circunstancias el pintor llamó a la Policía y en pocos minutos llegó un móvil del CAP.
Momentos después salieron del inquilinato Astargo, Forcat, Cabrera, “Valeria” Roldán y “Fanny” Bustos, quienes habían requerido los servicios de un remise para dirigirse a la casa de una amiga.
Antes de retirarse del lugar fueron entrevistadas por los policías y las dos primeras travestis explicaron lo que había sucedido (principalmente en relación al arrebato y el incidente con el balde con pintura), sin que ello fuera motivo para que los uniformados reaccionaran de manera violenta. Por el contrario, según contaron las denunciantes, los policías entendieron que se había tratado de una reacción lógica ante un hecho delictivo que, incluso, los obligaba a investigar en procura de localizar al delincuente.
Se complica todo
Pero en esas circunstancias, un adolescente allegado al pintor que había llamado al CAP le pegó un golpe a la ventanilla del remise -aunque sin romperlo- se bajó el conductor y comenzó una discusión que, segundos después, derivó en una pelea generalizada.
Sin que pueda establecerse cómo se sucedieron los hechos, los policías golpearon a “Carola” y a “Celeste”, esposaron a la primera, la redujeron en medio de violentos forcejeos y la llevaron detenida a la Comisaría de Distrito, mientras el resto de las travestis lograron evitar -también forcejeando- que se llevaran a Cabrera.
Forcat relató que en la sede policial no fue golpeada y que incluso fue revisada por un médico, quien constató las lesiones que presentaba en ambos brazos, aunque no le entregaron ninguna constancia escrita.
Hoy, a Tribunales
Al visitar la Redacción de este matutino, las travestis adelantaron que hoy concurrirán nuevamente a la Justicia (tal como lo hicieron a principios de agosto pasado), no sólo para radicar la correspondiente denuncia penal en la Fiscalía de Instrucción de Turno, sino también para interponer una acción de Hábeas Corpus ante lo que definen como una “sistemática persecución policial, que incluye maltratos y discriminación, y ahora actos de violencia”.
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