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El triunfo obtenido por el rugby local a través de Jockey Club sigue conmoviendo a los lectores |
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Jockey Club, “apenas pasaron cuatro décadas”
Señor director:
Me dirijo a usted a fin de solicitarle la publicación en la sección “Los lectores también escriben” estas líneas que quiero expresar a raíz del triunfazo del Jockey el sábado último en el Cateu.
Lo titulo “Apenas pasaron cuatro décadas” y qué suerte que las vivía a todas; las buenas y las otras. Pero qué emoción, cuántas lágrimas, cuánto esfuerzo...
Y pensar que ya pasaron casi cuarenta años de aquel día en que nos juntamos cerca del Balneario un puñados de jugadores, casi todos es jugadores del San Martín, que decidimos acercarnos al Jockey.
Luego, los directivos de aquellos años nos recibieron y nos ofrecieron el predio actual, en el que empezamos a plantar los pinos, a parar los postes y a marcar la cancha.
¡Cuántos recuerdos hermosos!, ¡cuántos amigos!, ¡cuántos asados!...
Pero este sábado quedará grabado en la hisotria del rugby. ¡Qué partidazo! Y yo me lo perdí por esas cosas de la vida. Estaba lejos, aunque mi hijo me lo transmitía a través del celular. ¡Qué gritazos! pegaba cuando el pibe Ferreyra hizo cada drop.
Todo lo que pasó por mi mente en ese momento... El Jockey campeón del rugby de Córdoba, una de las provincia con mejor rugby del país.
Ahí me acordé de todo lo que vuelco en esta página y de tantísimas personas y cosas más.Aprovecho entonces este relato para recordar a dos amigos que seguramente el sábado, desde el cielo, estaban tan contentos como yo: el “Toto” Morcila y la “Chola” Bravo, a quienes rindo un merecido recuerdo.
A los quince “gladiadores”, como dice el cartel colgado de la sede, “Simplemente gracias” y que sigan los éxitos. Villa María y sus deportes lo necesitan.
Antonio “Toto” Fiol
DNI 6605847
Socio vitalicio del
Jockey Club
El Andén,“estación de sueños”
Señor director:
El Andén, el lugar donde los sueños llegan siempre a destino, donde los corazones grandes y pequeños se alimentan de ilusiones, de cálidos besos y abrazos, de un amor puro e inocente. Donce el murmullo de sus voces es el sosiego de mi alma y de su mundo interior, al expresarse como son.
El Andén, estación de todos los sentimientos, refugios de risas, llantos, alegrías, dudas y duendes protectores de los seres divinos que habitan en ese castillo.
El Andén, hogar donde el ser humano es igual, donde las pequeñas almas pasan a ser gigantes personas, sensibles a todo y con todos, y donde las grandes almas dejan de ser gigantes y se vuelven seres de igual condición.
Verónica, Mariana, Julieta, Carla, Gisel, Romina. Gracias por abrirme las puertas de este hermoso hogar, el cual me ha regalado cuatro meses de cálido respeto, amistad, honradez y bondad.
Gracias por enseñarme valores de la vida. Les estaré eternamente agradecidos.
Franco Carranza
DNI 31062681
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