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1- Frente del comercio donde ingresaron los boqueteros. 2- El círculo resalta el boquete por donde ingresaron los delincuentes al depósito de la vinería. 3- Así quedó la caja fuerte tras la “Visita” de los ladrones |
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Los ladrones dieron un nuevo golpe en la ciudad. Esta vez, resultó damnificado un comercio dedicado a la venta de bebidas. Se trata de la vinería Bruno, ubicada sobre Colón al 20, frente al hipódromo de esta ciudad.
Los delincuentes ingresaron al local comercial, un amplio salón de unos 40 metros de fondo por unos diez de frente, por un boquete realizado en la pared, a la altura del techo, a unos tres metros del suelo.
Se llevaron exactamente 10.500 pesos que había dentro de la caja fuerte.
“Diez mil pesos en billetes y 500 pesos en monedas, que tenía listos para llevar esta mañana (por ayer) para depositar en el banco”, dijo Eduardo Bruno, propietario del negocio, en diálogo con EL DIARIO.
El hecho tuvo lugar entre las 22 del jueves, hora en que Bruno se retiró a su casa y las 7.30, hora en que el comerciante llegó a la vinería para abrir al público.
Un boquete a cuatro metros
Tras los primeros pasos de la investigación, pudo determinarse que los ladrones accedieron al techo del salón trepando por la mueblería colindante. Así lo insinúan al menos las huellas barrosas que quedaron en las paredes.
“Lo que no me explico es cómo salieron por ese mismo hueco, que está a cuatro metros de altura”, comentó el comerciante señalando el orificio que da al depósito ubicado en la parte posterior de la vinería por donde entraron los cacos.
En el piso, aún permanecían esparcidos los trozos de mampostería derribada por los boqueteros.
El orificio, de unos 80 centímetros de ancho por 50 de alto, fue practicado sobre una pared de 30 centímetros de espesor, flanqueada a la derecha por un ventiluz de prácticamente todo el ancho del galpón y a la izquierda por un portón de persiana metálica de enrollar. Las huellas de calzado estampadas sobre la pared interior indican que los cacos descendieron al depósito deslizándose con ayuda de la gruesa cadena que sirve para levantar la mencionada persiana.
Alarma desactivada
Una vez que ingresaron, se activó la alarma, ubicada en la parte del frente del negocio, a unos tres metros de altura.
Pero esto no fue un impedimento para los amigos de lo ajeno. Treparon cuidadosamente por un mueble exhibidor de madera “sin tocar una sola botella y rompieron la alarma”, detalló el propietario del negocio.
Todo revuelto
Ya sin la molestia de la alarma, los delincuentes se dedicaron a revisar meticulosamente todas las oficinas, cajones y cajas en las que podía haber dinero en efectivo.
Ayer por la mañana, aún permanecían intactas las señales del accionar delictivo. Varios muebles rotos, los cajones arrancados y forzados con una barreta; los papeles y documentos esparcidos por el piso de las oficinas la caja registradora forzada y la caja fuerte completamente destruida.
“De allí se llevaron el dinero que tenía guardado para ir a depositar”, explicó Bruno.
Como gatos
Todo indica que los ladrones huyeron por el mismo boquete por el que ingresaron, aunque tanto a Bruno como a sus empleados les cueste hacerse una idea de cómo lo hicieron.
“No eran ladrones, eran gatos los que entraron anoche”, dijo uno de los trabajadores.
Cabe consignar que esta no es la primera vez que la vinería de Eduardo Bruno es asaltada, al menos en otras tres oportunidades ya fue víctima de los delincuentes.
“Espero que los agarren no para recuperar el dinero, sé que es difícil; para que dejen de robar y hacer daño al menos por un tiempo”, expresó el comerciante.
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