En la zona llovió entre 20 y 30 milímetros, según el sector que se trate.
El agua, tan esperada, vino a bendecir especialmente la ganadería, dado que en esta actividad la consecuencia de la humedad se nota casi de inmediato con el reverdecer de los pastos.
En la agricultura, la incidencia de la última lluvia también es positiva.
“En el caso del trigo -el poco que hay- viene realmente muy bien, porque es una época en donde la humedad es indispensable”, indicó Fernando Cavallo.
En el caso del maíz, señaló que es insuficiente. “Estamos en tiempos de siembra de la gruesa, pero para el maíz, se debe esperar al menos 80 milímetros de lluvia para tener un nivel de humedad aceptable”, indicó el profesional.
“Máxime en un año como éste, que venimos de una gran sequía”, concluyó.
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