Existen muchas creencias alrededor de las contracciones de parto, algunas fundadas en experiencias personales y otras que vienen de generación en generación, pero la realidad indica que si no hay contracción efectiva, el bebé no nacerá por medio de un parto vaginal.
Las contracciones tienen una intensidad, frecuencia y duración que van aumentando a medida que la gestación va llegando a su fin, alcanzan su máximo durante el trabajo de parto y disminuyen durante el alumbramiento (salida de la placenta), luego paulatinamente desaparecen en el transcurso del puerperio.
El útero durante todo el embarazo sufre contracciones irregulares e indoloras que aparecen espontáneamente. Estas se conocen con el nombre de contracciones de Braxton Hicks o falsas. Su característica principal es que no siguen un ritmo y no desencadenan el trabajo de parto.
Cuando las contracciones se hacen presentes con un ritmo de una cada cinco minutos, durante un período mínimo de treinta minutos se asegura que son buenas para llevarte a un parto o efectivas (estas contracciones tienen que tener otras características asociadas para dilatar el cuello del útero). Ellas a la hora de ayudarte a dilatar el cuello del útero pueden estar acompañadas de una molestia o no, y es por esta causa que el dolor no es un indicador de trabajo de parto. Hay mujeres que aseguran no haber sufrido durante el parto y otras que lo padecieron; hay personas que tienen un umbral de dolor alto, otras que no; hay mujeres que se sienten muy contenidas, otras que quieren que el embarazo termine y tener a su bebé en brazos, las hay que vivirían embarazadas, etcétera. Son estos los factores que te ayudarán a disfrutar o te jugarán en contra a la hora del nacimiento de tu hijo.
Como verás, para que el parto se desencadene el útero tendrá que trabajar. Si estás convencida de que quieres que tu parto sea vaginal o normal deberás aceptarlas y ayudarlas. Respirar relajada, tener pensamientos positivos, colaborar con tu médico y entregarte a este proceso maravilloso.
Si el trabajo de parto no se desencadena en forma natural dentro de un plazo razonable (entre las semanas 40 y 41, dependerá del criterio médico y de cómo se está llevando adelante el embarazo, teniendo en cuenta la salud fetal y materna) o es muy lento o la embarazada presenta problemas con la dilatación, hay obstetras que deciden realizar un nacimiento por medio de una operación cesárea y otros que realizan una inducción para ayudar a la mamá. Las dos posturas son absolutamente aceptables.
Si tu médico elige realizar una inducción, una de las formas más elegidas es la utilización de la oxitocina. Esta hormona tiene entre sus funciones la de provocar las contracciones uterinas. Por lo tanto se la utiliza también para evitar hemorragias posparto.
Trabajar para generar vida es un privilegio de las mujeres. No dejes que las experiencias de otros te quiten tu confianza, es muy positivo luchar por lo que queremos, y si las cosas no funcionan como las habías planeado, por lo menos lo intentaste.
Para que comprendas el trabajo de parto voy a presentarte las cuatro fases principales.
@ Latencia
El período de latencia comienza cuando se inician las contracciones regulares y con ellas comienza el período de dilatación. En este momento tu cuerpo está trabajando en el borramiento del cuello del útero. Probablemente durante las mismas te sientas un poco insegura con lo que está ocurriendo en tu cuerpo, aunque inconscientemente sabes que algo está por suceder. Si es tu primer bebé la indicación será dirigirte a la clínica cuando las contracciones llegan cada cinco minutos sin deseo de pujar. Si éste es tu segundo o tercer bebé probablemente debas ir antes a internarte, de todas formas dependerá de cómo se desencadenó el primer parto, entre otros factores a tener en cuenta. Tu médico y tu instinto serán quienes te indicarán el momento de internarte.
@ Transición
La transición comienza con contracciones más intensas y más seguidas. En este período se completa la dilatación. El cérvix se borra. Aquí muchas mamás se sienten con las últimas fuerzas. Las contracciones duran un minuto y llegan a intervalos de un minuto cada una. Puede que tu médico te pida que realices algunos pujos para terminar de dilatar. Estás a un paso de conocer el rostro de tú bebé, por ello tienes que estás tranquila, respirar correctamente y seguir las órdenes del equipo médico que está ayudándote.
@ Expulsión
Cuando llegas al momento expulsivo, estás con dilatación completa y sientes una presión importante sobre tu recto. Este es el impulso de pujar. Aquí estás en la sala de partos, lista para realizar tus mejores pujos y así sacar a tu bebé. Has dilatado a 10 cetímetros, el bebé ingresa al canal de parto (vagina). Luego de un pujo efectivo tu bebé se apoya con la cabecita sobre tus músculos perineales (músculos del final de la vagina). Tu bebé te necesita más fuerte que nunca, aquí hay que sacarlo, para esto tu médico te pedirá que realices otro pujo y otro más. "¡Tienes que sacar a tu bebé, él está dependiendo de vos! ¡Fuerza mamá, vos podés!". Frases como éstas son las que escucharás en la sala de partos, todas palabras de aliento que tu obstetra utilizará para ayudarte a expulsar al bebé. Con el llanto de tu hijo termina esta fase.
@ Alumbramiento
Ahora con tu hijo apoyado en tu pecho comenzará la última fase del parto. Hay que expulsar la placenta. Las contracciones no se han retirado del todo, ellas te ayudarán a sacarla. Puede que tu médico te ayude presionando suavemente sobre el fondo del útero y te pida que realices la última fuerza antes de retirarte a tu habitación para disfrutar de estar con el recién nacido más lindo del mundo, el tuyo ¿o no?
Viviana de los Ríos
Preparadora de Partos
Taller Gestación
vdga@arnet.com.ar
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