Nací en Córdoba capital y cuando tenía cinco años, mis padres tomaron la acertadísima decisión de emigrar junto a mis cuatro hermanos hacia esta hermosa Villa María ¡que tanto amo! y no la cambiaría por ningún otro lugar para vivir.
Cuando llegamos nos instalamos un corto tiempo en barrio Parque, hoy llamado General Paz, en la casa de un matrimonio amigo de mis padres. De aquella época tengo vagos recuerdos del Zoológico, que se encontraba a la vera del río, creo que enfrente de la Gruta de la Virgen de Pompeya. Comencé mis primeros estudios en la Escuela Nacional Nº 62, "Justo José de Urquiza" sobre bulevar Cárcano y Dante Alighieri, donde después empezó a funcionar la Escuela de Bellas Artes, y donde hoy tiene su sede la Junta Municipal de Historia.
Al poco tiempo, mi padre compró un terreno en barrio Güemes, en la calle Jujuy número 4. En aquellos años creo que se llamaba barrio Bonoris, en honor a una familia pudiente del lugar. Fue ahí donde nos instalamos y vivir hasta que me casé y formé mi propia familia. Amo y siento nostalgia de ese barrio que marcó parte de mi vida. En él se encuentra la imponente Escuela del Trabajo, cuyo edificio por entonces nos deslumbraba. Alrededor había dos o tres casas, y lo demás era todo "campito", como le decíamos nosotros. También se encontraba la Capilla Cristo Rey, y así podría enumerar muchísimas cosas bellas que llevo y llevaré por siempre en mi corazón...
Recuerdo la costanera, que tantas veces recorrí para ir a mi escuelita, con sus calles de arena, y cómo me encantaba cuando llovía, caminar descalza por ellas. Por esa zona donde se encuentra hoy el Reloj de Sol (si no me equivoco) estaba el Monumento al Gaucho, que hoy con su porte gallardo se encuentra donde un tiempo atrás funcionaba el Cámping Municipal. Cada vez que lo veo me atrapa el orgullo y la nostalgia de que las manos de mis padres participaron en parte de la construcción del armazón de esa obra.
No quiero olvidar el imponente Anfiteatro, orgullo nacional... En sus comienzos jugábamos con mis hermanos en la montaña de tierra (eso creíamos que era).
Y... bueno, mi querida Villa María, podría contar tantas cosas, que el espacio es poco en comparación de todo lo que creciste, de norte a sur y de este a oeste (espero también que se concrete la obra del nuevo hospital, así más orgullo nos da).
No creo que exista persona que te habite que no te ame y hable de ti con el mayor de los orgullos...
Gracias por darnos tanto, gracias por tu gente y por todo. Gracias y gracias... ¡Feliz Cumple, mi ciudad!
Stella Maris Morales
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