Que sirva esta recopilación de anécdotas como homenaje a la Escuela del Trabajo, que este año celebra sus 80 años, y a Villa María, que va por los 142.
Mi actuación como maestro en actividad es de 35 años, pero llevo 60 de docencia ya que dicto clases recordatorias, casi todos los años, a los egresados que cumplen 25 y 50 años de promoción; siempre con buen humor y en positivo. Sí, próximo a cumplir los 80 años y mantengo el buen ánimo.
Recuerdo que en una clase pregunto a un alumno, bastante flojo: "¿Cuánto es dos al cubo?" Me contestó: "Maestro, eso sólo Dios lo sabe". Y yo: "Bueno, alumno, entonces a Dios le pongo 10 y a usted 0" (fue en broma).
Durante una prueba escrita sobre teoremas de geometría, pesco a un alumno copiando con papelitos, y le pregunto: "¿En qué se parece usted, ahora, a un explorador de la selva?". Me respondió: "No sé, maestro". Y le dije: "En que los dos usan machetes".
Otra vez, un alumno me pregunta: "Maestro, ¿el agua hierve a los 90 grados?". "En broma le contesté: "No, el agua hierve a los 100; el que hierve a los 90 es el ángulo recto".
Recuerdo también una clase en la que para salir de lo serio pregunto a los alumnos: "¿Por qué será que un ignorante secó todos los árboles del patio de su casa?". Y un alumno que conocía el chiste contestó: "Y, maestro, estaba buscando la raíz cuadrada".
Una más. Apercibo a un alumno con cabello largo y barba tupida: "Usted para mañana se presenta a clase con el cabello corto y bien afeitado". Me dice: "Mire, maestro, cuando el maestro fulano haga lo mismo, yo cumpliré; pero en caso contrario ni me corto el pelo ni me afeito". "Tuve -con toda razón del alumno- que hacer que el maestro fulano, se rapara y se afeitara".
Entre los apodos más comunes que los alumnos ponían a sus maestros: "Chispita" al maestro de electricidad, "Sapo" al de historia, "Oso" a un preceptor, "Laucha" a un secretario, "Libélula" a un directivo, "Mamadera" a un maestro de taller, "Nicotina" a un jefe de internado, "Glóbulo blanco" a un profesor de tecnología, y "Pitágoras" o "Fantasma Benito" (por lo flaco) a mí.
Cuando los chicos de la promoción 1960, en el año 1985, cumplió 25 años de egresados, entro al aula para dictar la clase evocativa y me recibieron con borradorazos, tizasos, chapas, hierros, boyeros que rodaban por el suelo... "¿Por qué me hacen esto que jamás me hicieron?", requerí. "Justamente, maestro, como antes no pudimos hacerlo, hoy, después de 25 años, nos desquitamos", contestaron a coro.
Hoy, a poco de dictar la clase evocativa por los 80 años de la escuela, el día 17 de octubre, saludo con cariño y emoción, desde el recuerdo que se me permite en este suplemento, a los casi diez mil alumnos a los que tuve el honor de transmitir el deseo de lograr ser hombres dignos y que piensen con libertad.
Maestro Dematteis
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