Escribe
Juan José Coronell
Especial para EL DIARIO
Vale comenzar con una aclaración: no fueron solamente unos alemanes que a principios del siglo XX se quedaron en estos lugares y conformaron la Villa. Como bien sabemos, por estos lados los primeros habitantes fueron los Comechingones, y en este caso los que, por vez primera, se pasearon por estos actuales destinos turísticos.
Más adelante en el tiempo, entre los años 1890 y 1931 se dio la famosa campaña para atraer a los extranjeros al país, y quienes llegaron a estas partes de las sierras fueron franceses, italianos y alemanes. Y estos últimos fueron justamente los que fundaron el poblado.
En la década del ’30, Paul Friedrich Heintze y Jorge Kappuhn, con visión de progreso y ayudados por el trueque, hicieron que creciera el poblado que, desde la actividad agrícola-ganadera, se podía transformar en el núcleo una colonia.
Pero Villa General Belgrano no fue conocida hasta mediados de la década de 1940, cuando los silenciosos marineros del acorazado Graf Spee comenzaron a vislumbrar su potencial turístico. Muchos creerían hasta demostrarse lo contrario que el pueblo justamente se había fundado por estos visitantes de Alemania.
Entre 1960 y 1970 ya se conforma como centro turístico, sumándole el compromiso de toda la comunidad.
Más tarde llegaron las fiestas que terminaron por darle al lugar el sentido turístico que todos conocemos.
Los atractivos
Si bien esta nota se podría haber escrito en Semana Santa por su fiesta de la Masa Vienesa, o en Julio con la Fiesta Nacional del Chocolate Alpino, hoy abordamos la inmediata, que es la de la cerveza.
En la década del ´60, más precisamente en 1964, nació la Fiesta Nacional de la Cerveza. Por aquel entonces, un viejo carro que en su interior transportaba la pintoresca orquesta local, era el que desataba la alegría en la plaza más céntrica del pueblo. Las orquestas y los grupos de bailes, eran presentados por un gran locutor que hoy es profundamente recordado y que le da el nombre al escenario principal, Matías Calvo Ortega.
Quienes hayan ido y los que puedan ir a esta fiesta, se encontraran en el Parque Cervecero con las comidas típicas centroeuropeas, artesanías y distintas fábricas de cerveza que con el paso del tiempo se fueron acrecentando en cantidad y calidad. Además del tradicional desfile de las colectividades que participan en el festival.
Dicho desfile es encabezado por el Monje Negro -símbolo de la fiesta-, quien realiza la herida en el vientre o el “espiche” del primer barril.
Pero este año sumándose a la elección de la Reina del Festival, se distingue la presencia de la Academia Dance Center de la Capital cordobesa, que ganó el Pre festival en el mes de mayo y en los primeros dos días bailarán irish -baile típico irlandés-con el cual lograron cuantiosos premios.
Queda entonces la invitación de El Diario Viajero a los lectores para que se acerquen a esta fiesta que suma gente de toda la Argentina y de otros países. Para conocer, disfrutar y dejarse llevar por este lugar que por más conocido que sea, siempre representa una buena propuesta.
Para mayor información:
turismo@vgb.gov.ar
o (03546) 461215
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