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Estela Barraza y Mauricio Sosa recibieron ayer las penas más severas. La doméstica infiel fue condenada a seis años y ocho meses de prisión y a Sosa le impusieron 12 años de encierro. En la otra foto, los nombrados junto al resto de los condenados |
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Un abrupto final tuvo ayer el juicio que se les siguió a cuatro hombres y una mujer en la Cámara del Crimen de Villa María, cuando los familiares del coimputado Mauricio Daniel Sosa comenzaron a insultar a viva voz a la jueza y al fiscal ni bien escucharon que había sido condenado a 12 años de prisión.
Con expresiones sumamente agraviantes para con la magistrada Silvia Saslavsky de Camandone y el acusador público Francisco Márquez, los allegados a Sosa interrumpieron la lectura del veredicto, tarea que estaba a cargo del secretario Roberto Jue, al tiempo que los siete agentes del Servicio Penitenciario de Córdoba (SPC) que se encontraban en la sala, junto a los dos efectivos de la Policía de la provincia que habitualmente cumplen tareas de seguridad, estrecharon filas y evitaron que los incidentes pasaran a mayores.
En eso mucho tuvieron que ver el ayudante mayor Walter Hinny, del SPC, y los suboficiales Jesús Sánchez y Oscar Heredia, quienes previo al dictado de la sentencia advirtieron que el clima en el recinto ubicado en el quinto piso de Tribunales no era el mejor.
Con la sala inicialmente llena, en su mayoría por familiares de los cinco imputados, los encargados del operativo dispusieron a los restantes agentes penitenciarios (otros cinco efectivos, entre ellos una mujer) en lugares estratégicos para evitar desbordes.
Cuando el secretario promediaba la lectura del fallo comenzaron los improperios, que en rigor de verdad surgieron de no más de tres o cuatro personas del entorno de Sosa.
Los ensordecedores gritos le impidieron a Jue continuar con su labor, circunstancia que llevó a la magistrada a desalojar de inmediato la sala. Cuando el recinto quedó prácticamente vacío, el secretario terminó de leer la sentencia y posteriormente los cinco condenados fueron retirados bajo un fuerte dispositivo de seguridad.
Las condenas
Mauricio Sosa (de 30 años de edad): fue condenado a 12 años de prisión, con declaración de reincidencia, tras ser considerado autor de “violación de domicilio reiterado” (dos hechos), “robo calificado”, “portación de arma de guerra sin autorización”, “resistencia a la autoridad”, “abuso de arma”, “coautor de robo calificado reiterado” (tres hechos), “robo calificado” y “resistencia a la autoridad agravada”.
Estela Marys Barraza (30): le impusieron seis años y ocho meses de cárcel luego de ser declarada “partícipe necesaria de robo calificado”.
Patricio Sebastián Aranda (24): recibió una pena de tres años y dos meses de prisión tras ser declarado autor de “lesiones leves reiteradas” (dos hechos), “resistencia a la autoridad” y coautor de “encubrimiento”, “robo calificado reiterado” (tres hechos) y “violación de domicilio”.
Oscar Eduardo Díaz (26): le aplicaron una sanción de tres años y un mes de cárcel luego de ser declarado coautor de “encubrimiento”, “robo calificado reiterado” (tres hechos) y “violación de domicilio”.
Miguel Angel Esquivel (27): lo condenaron a tres años de prisión, con declaración de reincidencia, tras ser considerado autor de “robo calificado”. Asimismo, fue absuelto de un hecho de “partícipe necesario de robo calificado”.
Causas conexas
Los cinco condenados estaban relacionados en causas conexas por numerosos hechos delictivos cometidos en las ciudades de Hernando, Villa María y Río Tercero, y en la zona rural de Pasco durante el transcurso del año 2007 y el primer semestre de 2008.
Sin embargo, el episodio más grave -por sus características y por las repercusiones que generó- fue el asalto perpetrado en el domicilio de la abogada hernandense Rosa Elena Nou, registrado a media mañana del 30 de junio del año pasado.
A raíz de aquel suceso resultó detenida (y ahora condenada) quien fuera su empleada doméstica, Elena Barraza, que intervino en el hecho como cómplice de Sosa y de un segundo delincuente, quienes a punta de pistola se llevaron 17.000 pesos, 1.500 euros y valiosas joyas.
En su huida, los asaltantes se tirotearon con la Policía y una de las balas hirió en el hombro a la joven Elena Canelo, de 21 años, quien se encontraba trabajando en una verdulería ubicada cerca de la casa de Nou.
Cuando escapaba, a Sosa se le cayó el teléfono celular que llevaba y este elemento fue clave para determinar la responsabilidad de Barraza en el atraco, ya que un mensaje de texto le advertía que “estaba todo listo” para que pudieran entrar a la vivienda.
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